—Era imposible que Fu Jiuxiao lo contuviera. Fu Jiuxiao jadeaba pesadamente, y su voz profunda y ronca era como una sirena seduciendo a Jiang Li.
—¿Puedo? —él pidió la opinión de Jiang Li.
Las orejas de Jiang Li estaban rojas, y su rostro estaba caliente. La saludable piel de color trigo de Fu Jiuxiao estaba sudando, y sus perfectos músculos estaban llenos de poder explosivo.
Además, los profundos y lujuriosos ojos de Fu Jiuxiao eran muy seductores, así que Jiang Li aceptó de manera inexplicable.
Después de obtener el permiso de Jiang Li, los ojos de Fu Jiuxiao se iluminaron. Cargó el arma, y sus emociones alcanzaron el pico en el momento en que se disparó la bala.
Jiang Li enterró su rostro en la almohada, sosteniendo la colcha firmemente para soportar el impacto. Fu Jiuxiao sostenía la mano de Jiang Li.
Con la combinación de dolor y placer, Jiang Li no pudo evitar suplicar a Fu Jiuxiao que parara primero.
