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Los padres de Jiang Li estuvieron de acuerdo y les dolió el corazón. Apretaron los dientes.
—Justo tengo un amigo abogado que vive cerca. Le pediré que venga a redactar un contrato. No hace falta que busquen otro abogado.
Jiang Li los miró de reojo. Parecía haber cierto sarcasmo en sus ojos, pero asintió superficialmente.
—Está bien. Recuerda pedirle a tu amigo abogado que venga rápido. No me hagas esperar.
Su tono era ligero, pero la amenaza no disminuía, especialmente cuando decía 'esperar'.
Los padres de Jiang Li forzaron una sonrisa tensa. El odio en sus ojos estaba indudablemente expuesto. Quienes no sabían mejor, pensarían que la persona parada frente a ellos era su enemiga.
Pronto llegó el amigo abogado del que hablaban.
—Old Qin, ella quiere nuestras acciones. Por favor, prepara una carta de transferencia de acciones y transferirle el 30% de la empresa a ella.
Cuando Old Qin escuchó las palabras del Padre Jiang, pareció tener una pizca de sorpresa en su rostro.