Jiang Li sacudió apresuradamente la cabeza para deshacerse de los pensamientos lascivos que tenía.
Afortunadamente, Fu Jiuxiao no estaba a su lado. De lo contrario, no podría enfrentarlo.
Jiang Li recordó ponerse algo de ropa y se dio cuenta de que su cuerpo estaba tan adolorido que le era difícil moverse. No pudo evitar suspirar por lo increíble que era su hombre.
Cuando se obligó a vestirse y salir de la cama, su cuerpo se sintió aún más adolorido. Especialmente cuando levantaba los pies y caminaba, sentía como si ya no tuviera piernas. Jiang Li se quejó en su corazón un rato antes de acostumbrarse y dar algunos pasos.
Cuando llegó al salón, se dio cuenta de que Fu Jiuxiao estaba sentado en una silla de ruedas con un computador en la mano. No sabía qué estaba mirando, pero ya había un almuerzo exquisito puesto en la mesa.
