Wei Ziheng caminaba deliberadamente por la carretera principal. En un lugar tan amplio y concurrido, esas personas no deberían atreverse a actuar imprudentemente. Esta era Ciudad del Mar, y el sistema de defensa de Ciudad del Mar todavía era muy bueno.
Además, de vez en cuando había estaciones de policía de tráfico al borde de la carretera. ¡Wei Ziheng no creía que el Cuervo Negro todavía se atreviera a actuar imprudentemente!
El grupo de personas acababa de dar un gran giro, y después de casi atravesarlo, entraron en el área del centro de Ciudad del Mar.
—Jefe, parece que esas personas no vendrán. —El conductor del coche era un hombre gordo.
Él era el asistente de Wei Ziheng. Aunque era gordo, era rápido haciendo cosas. También tenía un talento que las personas comunes no podían comparar cuando se trataba de investigación científica.
Wei Ziheng masticaba su chicle.
—Aburrido, pensé que esas personas saldrían de nuevo.
Wei Ziheng había incluso preparado un arma de fuego.
