En el momento en que Yue Qing vio a Jiang Li, casi no pudo controlarse y corrió hacia ella. Levantó el puño y estaba a punto de lanzarle un golpe. Por otro lado, Jiang Li casi por reflejo quería lanzar a Yue Qing por encima de su hombro.
Afortunadamente, ambos lograron controlarse al final. Justo cuando Jiang Li sintió una ráfaga de viento pasar junto a él, el esperado puñetazo no llegó. Yue Qing apretó su palma con fuerza y miró fijamente a Jiang Li. —No golpeo a las mujeres.
Jiang Li suspiró. Incluso si Yue Qing de verdad la hubiera golpeado, ella no habría resistido. Esas cosas malas que había hecho en el pasado en verdad eran merecedoras de un golpe.
—Lo siento... —Jiang Li se inclinó ante Yue Qing y se disculpó sinceramente.
Yue Qing estuvo un poco sorprendido. Al principio se quedó atónito, luego pensó en el comportamiento ingrato previo de Jiang Li. Se rió burlonamente y dijo:
—Deja de fingir aquí. ¿A quién tratas de disgustar?
