—Manman, ¿realmente no necesitas que te llevemos de vuelta? —El pretendiente de Jiang Man, que también era un estudiante de deportes, alcanzó a Jiang Man. Quizás a los estudiantes de deportes les gusten personas como Jiang Man que parecen débiles, para poder protegerlas.
Como todo el mundo en la escuela sabía que Jiang Man estaba deprimida, le preocupaba que no fuera seguro para Jiang Man volver sola a casa, por lo que quería llevar a Jiang Manman de vuelta.
—No, gracias. Mi chofer ha venido a recogerme —Jiang Man sonrió gentilmente, pero su sonrisa era un poco forzada y frágil, lo que le causaba dolor al corazón del chico.
Sin embargo, Jiang Man insistió en no dejar que la llevara de vuelta. Al final, él solo pudo mirar a regañadientes cómo Jiang Man se alejaba de su vista hacia un coche deportivo amarillo en la distancia.
¿Conducían todos los chóferes de Jiang Man tales coches deportivos?