—Si no fuera por los espectadores que lo detuvieron, a juzgar por su mirada feroz, Zhu Baoguo podría haber golpeado a esa persona hasta matarla.
—Cuando otras personas mencionaban a la madre de Zhu Baoguo, él los golpeaba, así que ¿cómo podría escapar Qiao Nan de su ira cuando habló de su madre? Esto era injusto.
—Zhao Yu, que pensaba en esto, no se dio cuenta de que no había justicia en estas cosas. Tampoco había una razón válida detrás de su enemistad hacia Qiao Nan.
—No importa cuánto amargura sintiera Zhao Yu, Qiao Nan y Zhu Baoguo se llevaban bien el uno con el otro.
—El tiempo volaba. Qiao Nan acababa de comenzar a hacer cambios en la triste vida que tuvo en la vida anterior. Pero en un abrir y cerrar de ojos, había pasado medio semestre.
—Qiao Nan y Qiao Zijin estaban ambas preparándose para sus exámenes de mitad de período.