—Uno nunca debe intentar hacer daño a los demás, ¿pero debería siempre estar atento al daño que otros podrían hacerle? —Qiao Nan se rió—. Hermana, es una coincidencia. Yo pienso igual, también. Está bien, Papá, mira el programa de televisión con hermana. Es raro que hermana haya preparado agua para que me bañe. No puedo desperdiciarla.
—Sí, Nan Nan, ve a bañarte primero. Iré a sentarme afuera con Papá. Papá compró muchos ingredientes y piensa preparar platos picantes. Definitivamente te encantarán.
Su hija iba a bañarse. Naturalmente, no tenía sentido que Qiao Dongliang se quedara atrás. Incluso salió un poco más rápido que Qiao Zijin.
Qiao Nan había aprendido a bañarse rápidamente mientras estaba en el campamento del ejército. En diez minutos, había terminado de limpiarse de pies a cabeza.
Estaba llena de pensamientos cuando se miró al espejo. Su cabello estaba todo mojado y parecía haber una capa de niebla ante sus ojos. También había gotitas de agua en sus pestañas.
