Al pensar en la situación y el trasfondo familiar de Zhai Sheng, Qiao Dongliang sentía que la relación entre Zhai Sheng y Qiao Nan era demasiado irreal. —Nan Nan, escuché de los vecinos que hubo un incidente donde una chica vino a nuestra casa y armó un escándalo. Dijo que le habías robado a su novio. ¿Qué pasó?
Como se acercaba el período de exámenes de Qiao Nan anteriormente, Qiao Dongliang aguantó y no se atrevió a preguntar mucho a pesar de saberlo. Temía que Qiao Nan se distrajera. No obstante, hoy ya no necesitaba tener tal consideración.
—Papá, este asunto es bastante complicado. No puedo explicártelo claramente en tan poco tiempo. Esa mujer se refería al Hermano Zhai, pero el Hermano Zhai no tenía ninguna relación con ella de ningún tipo. En cuanto al prometido y la prometida que ella mencionaba, tampoco eran ciertos. Ese día, el Jefe Zhai y la Tía Miao también vinieron aquí para aclarar el asunto con esa mujer. No tiene nada que ver conmigo.