—¡No me siento hinchada! —Ahora que estaba de buen humor, se sentía cómoda con cualquier cosa que hiciera—. Nan Nan, no seas tacaña. Dame media taza más de agua.
Qiao Nan vio que Miao Jing se veía bien, así que le dio otra media taza de agua—. Tía Miao, ¿está bien que se siente aquí sin preocuparse por lo que está pasando afuera? —Qiu Chenxi aún no se había ido.
Después de escuchar lo que Qiu Chenxi dijo hace un momento, era obvio que no se había rendido. Quería esforzarse más para obtener la aprobación del Hermano Zhai y casarse en la familia Zhai.
Cuando se encuentran con tales asuntos, la chica promedio se iría con vergüenza y rabia. Algunas incluso podrían decir palabras duras y jurar cortar todo contacto con la familia Zhai.
Pero ahora que la situación se había vuelto tan incómoda, Qiu Chenxi aún no había renunciado al Hermano Zhai. No solo demostraba que estaba decidida a casarse con el Hermano Zhai, sino que también mostraba que Qiu Chenxi era muy difícil de manejar.
