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—Zijin, mira a Qiao Nan, no importa lo mala que sea, es muy trabajadora en sus estudios. Tú eres tan inteligente como yo, si pusieras más esfuerzo y tiempo, definitivamente serías mejor que Qiao Nan. Haría cualquier cosa por ti. Debes esforzarte y trabajar duro para que yo pueda mantener la cabeza alta frente a tu papá.
Ella ha dedicado todo en la crianza de la hija mayor. Debe tener éxito para demostrar que siempre tuvo la razón.
—Entiendo, mamá. No te preocupes, estudiaré duro. Cuando entre a la secundaria mejoraré en mis estudios y definitivamente te haré sentir orgullosa. —Qiao Zijin sintió un poco de culpa por haber usado todos los ahorros de casa.
—Bien, las clases empiezan mañana. Recuerda leer más. En el peor de los casos, simplemente memoriza todos los libros de texto. Si Qiao Nan puede hacerlo, tú también. —Ding Jiayi estaba rebosante de confianza. Parecía que ya podía ver el día en que su hija mayor se inscribía en la universidad.
