—La realidad es que, cuando salían, confiaban en que Wang Yang los respaldara.
Qiao Nan apretó los dientes, retrocediendo secretamente, se preparó en la dirección de la casa de la familia Lee y estaba lista para gritar pidiendo ayuda.
A pesar de no ser viejo, Wang Yang era difícil de tratar. Deducía que Qiao Nan estaba bastante lejos de la casa de la familia Lee, así que no sería tan fácil pedir ayuda a la familia Lee. Por eso Wang Yang se atrevía a enfrentarse a Qiao Nan.
Al ver la postura desafiante de Qiao Nan, Wang Yang sonrió con desprecio. Deseaba ver cómo Qiao Nan conseguiría escaparse.
—¿Qué están haciendo? —Justo cuando el grupo estaba a punto de agarrar a Qiao Nan, una voz fría y clara resonó. Esto sobresaltó al arrogante Wang Yang, quien se consideraba por encima del resto, y lo congeló como un rayo de hielo.
—¡Hermano Zhai! —Los ojos de Qiao Nan se iluminaron. Hizo un pequeño esprint hacia Zhai Sheng y luego se escondió detrás de él. Qiao Nan continuó:
