—La cara de Qiao Nan se sonrojó hasta ponerse rojo brillante. Estaba tan roja que casi se podía ver la sangre deslizándose por su rostro. Entre el paquete de cosas que Zhai Sheng le pasó por debajo de la puerta, vio que había ropa interior limpia y una toalla sanitaria muy vieja y sin alas.
—Qiao Nan apretó los dientes mientras se las ponía. Había cambiado su ropa interior, pero ¿qué pasa con sus pantalones...?
—Zhai Sheng había esperado mucho tiempo cuando Qiao Nan salió con el rostro enrojecido.
—Zhai Sheng no dijo nada cuando vio a Qiao Nan. Tomó su propia chaqueta y la ató alrededor de su cintura. "Hoy tú... mejor regresa a casa más temprano a descansar, toma mucho agua tibia, no, oh, no tomes agua fría".
—Qiao Nan bajó la cabeza durante todo esto. Casi podía sentir el vapor saliendo de sus orejas. Mientras Zhai Sheng hablaba, ella bajaba más la cabeza, estaba tan avergonzada que ni siquiera podía pronunciar una palabra.