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—Si le pegara a Qiao Nan en la cabeza unas cuantas veces más, ¿se volvería tonta?
—Yo di a luz a Qiao Nan; no desearía que muriera. Pero no está bien que siga entorpeciendo a Qiao Zijin. Si Qiao Nan realmente tuviera un accidente, creo que Zijin definitivamente la cuidaría bien.
—Qiao Nan ya no necesitaría trabajar. No tendría que mover un dedo y habría personas atendiéndola. Daría cualquier cosa por este tipo de vida. Como su madre, no le he dado a Qiao Nan menos de lo que se merece.
—Qiao Nan notó que su madre la miraba con un destello verdoso oscuro en sus ojos. Era similar a la mirada en los ojos de Ding Jiayi en la vida anterior, cuando escuchó de Qiao Zijin que si las personas eran parientes de sangre, el nivel de compatibilidad de sus órganos internos sería mejor y habría menos posibilidades de rechazo. Qiao Nan se tensó al ver eso.
