Capítulo 1. Erick Dahl Vázquez.
Lunes 17/06/20XX
entrenar, comer y dormir bien. La base fundamental de mi vida por mucho tiempo, todo lo que hacía giraba generalmente en torno a esto, pensando que, en mi vida, aunque un poco monótona, esto sería lo único que necesitaría para ser pleno y feliz. En principio, tenía razón, pues durante varios años me sentí en paz conmigo mismo. Recuerdo aquellos tiempos con añoranza, días más simples, más tranquilos, cuando la única preocupación que tenía era entregar un trabajo de la escuela a tiempo y tener un momento para jugar videojuegos. Sin embargo, aunque era feliz, pronto las cosas cambiaron, de hecho, cambiaron para mejor, aunque en ese momento no lo sabía.
Todo empezó con un gato, una pequeña criatura que había aparecido en la puerta de mi casa un frío sábado por la mañana. Para entonces, a mis 13 años, ya vivía casi solo, pues debido a mis estudios no podía residir en la misma ciudad que mis padres y ellos, a su vez, no podían mudarse por su trabajo. Recuerdo haber observado al pequeño animal naranja durante varios segundos, debatiendo internamente cuál era la acción a tomar. Nunca había tenido realmente una mascota; por supuesto, cuando era más joven había tenido algunos perros, pero para ser justos, mis padres hacían la mayoría del trabajo. No fue sino hasta que el pequeño, percatándose de mi presencia, comenzó a moverse desesperadamente en aquella sucia caja. ¿En qué diablos estaba pensando? La respuesta era obvia, ¿no?
Sin más preámbulos, tomé aquella caja y entré a casa con ella. Y Dios, olía asqueroso. Con esto último en mente, decidí que lo mejor era llevarlo al cuarto de lavado, pues no quería que aquel penetrante aroma se quedase en mi sala. Finalmente, deshaciéndome de aquella caja y con cuidado de no acercarlo a mi ropa, tomé a la criatura en mis manos. Era ligero, huesudo, desnutrido, pestilente y juraría que podía ver las pulgas correr por su pequeño cuerpo. Ni siquiera había abierto los ojos aún y, como guinda en el pastel, al ver su hinchado abdomen en contraposición al resto de su cuerpo, estaba seguro de que estaba lleno de parásitos. Perfecto, simplemente asombroso. Tenía un animal que ni siquiera debería haber sido destetado aún, lleno de parásitos, desnutrido y muy sucio. Bañarlo no era una opción, pues la verdad me preocupaba que el frío lo enfermase o directamente lo matase.
Fue en ese momento que la puerta principal de la casa sonó, señal de que alguien estaba entrando.
Era la señora Elodia, una mujer que había trabajado durante muchos años para mi abuela y era conocida de mi madre. Había sido contratada por mis padres para que viniese a ver cómo estaba al menos 4 veces a la semana y se ocupase de la limpieza. Aunque mis padres confiaban en mí, era normal que todavía quisiesen tener un ojo en lo que hacía o en cómo estaba.
-"¡Buen día, joven Eric! ¿Cómo le va? Y, ¿por qué tiene un gato ahí? ¿Ha decidido adoptar una mascota?"- Dijo al percatarse del animal que reposaba sobre mis manos.
-"No, no realmente. Lo encontré en la entrada cuando abrí la puerta. Realmente no sé qué hacer con él, está bastante. . . sucio y débil, la verdad no creo que sobreviva"-
Mientras hablaba, se acercó a mi lado.
-"También está bastante pequeño, ni siquiera ha abierto los ojos aún, tendrás que alimentarlo con una jeringa."-
Dejé escapar un gemido por la exasperación, pues sabía que tenía razón. Tenía experiencia con la crianza y cuidado de animales y sabía que esto requeriría tiempo.
-"A decir verdad, no estoy seguro sobre conservarlo. Estaba pensando en pasar por una clínica veterinaria y ver si podrían hacerse cargo de él. . . o ella. ¿Es macho o hembra? Lo que sea, no sé si vaya a conservarlo, ni siquiera estoy seguro de que sobreviva."-
-"Pues ahora son las 7, hoy sábado lo más probable es que solo estén abiertos hasta el mediodía, así que tendrías que hacerlo en la mañana."-
Asentí en confirmación, pues ya había pensado en eso. Aprovecharía que ya tenía planeado salir para ocuparme de ello.
-"Bueno, entonces lo mejor será que salga temprano"-
-"Ya tenía pensado salir a pasar el rato en el parque o algo. Por favor, prepárame unos 3 huevos hervidos y una taza de café, debo salir pronto, este animal está bastante débil y en la casa no hay nada que se le pueda dar de comer. Yo, mientras tanto, iré a darme un baño."-
-"Perfecto, cuando esté listo lo llamo."-
-"Gracias"-
Tomé un balde grande y me aseguré de que estuviese seco. Después puse una manta vieja en él, deposité al pequeño adentro para acto seguido ubicar el balde debajo de la luz que el tragaluz del techo dejaba pasar. Eso debería mantenerlo caliente el tiempo suficiente.
Saliendo del cuarto, me dirigí al segundo piso. Esta casa era algo grande para una sola persona. Era cierto que la mayor parte del tiempo lo pasaba fuera, sin embargo, en las noches y los momentos de descanso era cuando verdaderamente llegaba a sentir un poco la soledad.
Tenía algunos amigos de mi antiguo pueblo con los que aún hablaba por Discord o WhatsApp, sin embargo, no éramos realmente cercanos, simplemente amigos de escuela en el mejor de los casos, y hablando en serio, simplemente conocidos. Para ser honesto, ya casi ni siquiera hablaba con ellos. ¿Posiblemente culpa mía? Quizás, pero ¿qué importa? Al final, no es como si de verdad tuviésemos mucho en común. Al final del día, toda interacción casi siempre giraba en torno únicamente al estudio, nada de interés en ninguno de nosotros por saber más del otro o si está bien, o ese tipo de cosas.
Entré al baño y cerré la puerta. Mientras me desvestía, dejé que mi mente divagara. Una rápida ducha era necesaria, no planeaba salir tan temprano, pero bueno, es lo que hay. Necesitaba encontrar una tienda veterinaria y comprar algo de fórmula para gatos. Si alimentaba a ese animal con leche de vaca, posiblemente lo mataría. También había escuchado que la leche S26 para bebés funcionaba con animales como perros y gatos aún lactantes. Sin embargo, preferiría no experimentar, en últimas tendría que buscar algo de leche de cabra en el supermercado o leche deslactosada.
Entré a la ducha y sin más ceremonias abrí el grifo, dejando que el agua fría arrastrase los últimos vestigios de sueño que aún tenía. Sin perder el tiempo, mojé mi cabeza y apliqué champú. Bajando la intensidad del agua que caía, comencé a frotar. Cuando ya estuve satisfecho, pasé a limpiarme con la barra de jabón. Rostro, brazos, abdomen, piernas. . . todo. Una costumbre heredada de mi padre, quien adquirió el hábito en su tiempo en el ejército: ducharse rápida y completamente. Cuando terminé, simplemente dejé el jabón en su sitio y, aun con los ojos cerrados, abrí completamente el grifo, permitiendo de nuevo que el agua fría enjuagase la espuma en mi cuerpo. Cerré el paso del agua, pasé mis manos por mi cabello hacia atrás, escurriendo algo del agua que aún quedaba. Finalmente, salí y me sequé. Até la toalla sobre mi cintura y, parándome frente al espejo, observé mi rostro.
Ya estaba en esa edad en la que el vello facial comenzaba a salir. Tomé la espuma de afeitar y apliqué un poco. Realmente odio cómo se ve esa estúpida pelusa en mi rostro. Nunca terminaré de entender a mis compañeros de escuela que creen que se ve bien. Rápidamente pasé la cuchilla, con cuidado de no cortarme, pero asegurándome de no dejar algún rastro.
Cuando terminé, enjuagué mi cara y volví a ver mi reflejo. Piel oliva y cabello negro que apenas tapaba mis orejas, herencia de mi madre. Ojos de un oscuro tono café en un rostro de facciones duras que obtuve por parte de mi padre. Mi madre dice que debería sonreír más, jaja.
Salí del baño y caminé hasta mi cuarto. Al entrar, fui recibido por mi cueva, mi santuario, mi base de operaciones. . . El lugar era amplio, pues me gusta el espacio para caminar. Hileras de repisas colgaban de las paredes, en su mayoría con libros, aunque tenía un par de ellas dedicadas a mis aficiones. un escritorio con una PC, regalo de mi padre como premio por la beca que me permitió estudiar en esta ciudad. Posters con algunos dibujos y bandas pegados en las paredes, una ventana que permitía ver el parque frente a mi casa. Un gran clóset empotrado en la pared donde guardaba el resto de mis cosas y, en el centro de la habitación, una cómoda cama semidoble. Me gustaba mucho mi habitación.
Abrí mi clóset y tomé algo de ropa: unos jeans oscuros, una camisa blanca, medias altas y un par de tenis azules. Todo bastante sencillo pero cómodo. Rápidamente comencé a vestirme. Estaba terminando de ponerme los pantalones cuando escuché a la señora Elodia gritar desde el primer piso.
-"¡El desayuno está listo!"-
-"¡Ya bajo!"-
Respondí sin perder el ritmo. Terminé de vestirme, puse algo de cera en mi cabello y lo peiné hacia atrás. Me apliqué algo de perfume y bajé.
Me dirigí a la cocina. Al entrar, noté a la señora Elodia terminando de limpiar. Sobre la mesada, un plato con 3 huevos hervidos, pelados y salados me esperaban, acompañados de un par de rebanadas de pan tostado y una pera, mi fruta favorita. Al lado, una taza llena de café negro.
-"Muchas gracias"-
Dije mientras me sentaba en una de las sillas.
-"Le puse una fruta y pan tostado para que se llene un poco más. Los huevos son suficientes, pero un poco mas también es bueno para que no quede con hambre hasta el almuerzo"-
Agradecí nuevamente y seguí comiendo. Este tipo de desayuno era uno de mis favoritos, bastante rápido de preparar y también bastante fácil de limpiar. No se ensuciaba mucho hirviendo unos cuantos huevos y preparando algo de café. Sin mencionar que también era bastante rápido de comer, pues con 2 mordiscos bastaba para acabar con un huevo.
Terminé mi desayuno en poco menos de 10 minutos. Tras lo cual, sin perder tiempo, volví a subir para lavarme los dientes. Ya con mi boca limpia y todo listo, tomé mis llaves y audífonos. Puse algo de dinero en efectivo en mi billetera y me aseguré de guardar mi teléfono, pues no planeaba regresar sino hasta el mediodía. También tomé un viejo bolso de espalda que tenía, planeaba llevar al gato ahí para protegerlo del frío que hacía afuera.
Consideré ponerme una chaqueta, pero un rápido vistazo al pronóstico del clima descartó esa idea. Aunque ahora se sentía algo de frío, estábamos solo a 12 grados y, además de una nula probabilidad de lluvia para hoy, más tarde se esperaba una temperatura de 17 grados. Un perfecto día para simplemente salir ligero y disfrutar del sol y la brisa.
Me dirigí al cuarto de lavado para ver cómo estaba el pequeño gato. Pude notar que se había estado moviendo un poco, sin embargo, se veía tranquilo y sin mayores cambios. Al parecer, estar bajo la cálida luz del sol y descansar sobre una cobija era suficiente para apaciguarlo por un tiempo. Con cuidado envolví a la criatura en la manta para guardarlo en el bolso. Eso debería ser suficiente para tenerlo seguro y caliente. Cuando todo estuvo listo, colgué el bolso en mi espalda, me despedí y salí de casa.
Mientras caminaba revisé mi teléfono. Me percaté que eran las 7:45 de la mañana. Entré a la aplicación de mapa de mi teléfono y sin perder el tiempo busqué una tienda y clínica veterinaria que tuviese lo que necesitaba. Organicé los resultados por orden de calificación siendo que el primer resultado que me salió fue uno de casi 5 estrellas. Estaba a un solo viaje de 20 minutos en transporte público, así que era perfecto.
Poniendo en marcha el asistente de voz incorporado guardé el teléfono en mi bolsillo y saqué uno de mis audífonos. Mientras me lo ponía pensé, ir por la calle con el teléfono en la mano no era una mala idea, era una muy estúpida idea. No quería darle ideas a alguien para que me robase, o terminar aplastado como un maldito mosquito en el parabrisas de un camión por no ver a dónde iba jaja.
La calle estaba prácticamente desierta, quizás porque era sábado o quizás porque era temprano. Lo más probable es que fuese por ambas. Siguiendo las indicaciones del GPS me dirigí hasta la parada del transporte. Actualmente me encontraba en periodo de vacaciones. Ya habían pasado 2 semanas y aún me quedaba un mes y medio. Era agradable no tener que hacer nada, ya sabes, levantarte un par de horas más tarde y simplemente perder el tiempo en la computadora, salir al parque o quizás solo comer algo sabroso en un restaurante. El único inconveniente en todo esto era simplemente que estaba aburrido. Jugar en la computadora estaba bien, pero después del tercer día ya me había hartado. Salir a caminar a un parque o hacer algo de ejercicio ligero era agradable, pero se volvió monótono muy pronto. No me gustaba mucho ir a comer a otros lugares, principalmente porque no me gustaba desperdiciar dinero en comida que yo mismo podría preparar en casa. . . O al menos podía intentar hacerlo jaja… sabía cuál era el problema, lo sabía, pero no quería aceptarlo. Era bastante simple pero ya fuera mi orgullo o simplemente terquedad me negaba a admitirlo, pero el hecho era claro, Necesitaba amigos.
Gente con la que pasar el rato, con quien pudiese reír o simplemente hacer alguna estupidez, hablar de las cosas que me gustan, y quejarme de tonterías.
Y, sin embargo, como tantas cosas en la vida, es mucho más fácil decirlo que hacerlo, o quizás en mi caso sea ¿más fácil desearlo que tenerlo? Jajajaja no puedo creer que de verdad esté pensando en esto.
Cuando llegué a la parada de autobús, volví a sacar mi teléfono. Me fijé cuánto tardaría el siguiente bus en pasar.
-"Hmm 7 minutos, entonces debería estar aquí en 15"- Dije para mí mismo.
Guardé nuevamente el teléfono y me recosté en el poste metálico de la parada.
-"el mapa siempre se equivoca cuando se trata de cuánto tardará el transporte en llegar jaja"-
Podía sentir al pequeño gato en mi espalda dar pequeños empujones de vez en cuando. Solo esperaba que no se cagase en el bolso, eso sería desagradable.
Alcé la vista y el cielo azul me devolvió la mirada. Pocas nubes y la luz radiante, por alguna razón pese al raro inicio de la mañana, algo me hacía pensar que hoy sería un buen día.
-"Amistad. . . el próximo mes volveré al pueblo por lo que queda de las vacaciones, ¿me pregunto si algunos de mis viejos compañeros querrán reunirse conmigo?. . . meh, qué importa"-
Divagar y hablar conmigo mismo, un hábito que copié de mi padre, según él le ayuda a concentrarse y pasar más rápido el tiempo. Para mí solo te hace parecer un loco, pero no puedo dejar de hacerlo.
Era curioso, hoy estaba más nostálgico de lo normal. De todas formas, de nada me serviría sentir lástima o autocompasión, si yo tampoco hice un esfuerzo por relacionarme con los idiotas de mis antiguos compañeros. Era porque los vagos imbéciles solo querían que hiciese todo su trabajo escolar, según su estúpida lógica como yo era más inteligente debía ayudarles y sí, no tenía problema en prestar mi ayuda con temas que no conocieses. Demonios incluso con pasar copia de trabajos en algún momento, eso era normal, yo también lo hacía de vez en cuando ¿Quién no? Pero eso es bastante distinto a querer que yo sea quien directamente escribe tu tarea, eso simplemente no tiene sentido. Idiotas, es simplemente lo que son, vagos idiotas.
Esperé pacientemente unos minutos más a que llegase mi transporte. Cuando estaba comenzando a considerar poner algo de música para pasar el rato, vi al fondo de la calle el autobús que necesitaba doblar la esquina.
-"Perfecto"- Me incorporé y saqué mi billetera. No tardó mucho en llegar hasta donde me encontraba y, como si los dioses me sonrieran, estaba completamente vacío. Realmente, hoy estaba siendo un gran día.
Sin perder tiempo, subí al vehículo. Estaba a punto de pasar mi tarjeta por el sensor cuando, de repente, un fuerte golpe en mi espalda me hizo caer. Lo primero que pensé fue que estaban intentando robarme. Sin embargo, lo que realmente me hizo entrar en pánico fue recordar lo que llevaba en la espalda.
No fue hasta que reflexioné con más detenimiento que me di cuenta de que el gato debía estar bien. El impacto había sido en la parte superior de mi espalda, el pequeño estaba en el fondo del bolso y, afortunadamente para él, caí sobre mis rodillas y manos.
Fui sacado abruptamente de mis pensamientos por el sonido de alguien quejándose. Con algo de dolor en mis rodillas y manos, me levanté. Me di la vuelta, dispuesto a enfrentar al imbécil que me había golpeado, sin embargo, lo que encontré fue algo que no esperaba.
Ahí, sentada en el suelo junto a la entrada, había una pequeña chica frotándose la frente con dolor. Era de piel blanca, menuda y, por lo que podía ver, delgada. Vestía un sencillo vestido amarillo con los hombros descubiertos, sobre los cuales apenas llegaba su claro cabello rubio.
Aunque estaba molesto por el golpe, después de verla con dolor decidí que no valía la pena discutir. Me volví hacia el conductor, quien parecía un poco irritado por toda la situación. Pasé mi tarjeta por el sensor y, para mi disgusto, me di cuenta de que había sido rechazada.
-"Maldición, olvidé recargar la tarjeta"- murmuré.
-"¿Puedo pagar en efectivo?"- pregunté, con la esperanza de no tener que perder tiempo, ya que el lugar más cercano donde podría recargar la tarjeta quedaba a 30 minutos a pie y pagar un taxi me dejaría sin dinero.
-"No, si no tiene saldo, bájese"- respondió de manera tajante. El hombre parecía cada vez más irritado.
Y pensar que el día iba tan bien, dije para mis adentros. Resignado, me dispuse a salir. Dejé pasar a aquella chica que ya había logrado recomponerse, pasé a su lado y antes de que pudiera bajar, ella me detuvo.
-"¿Oye, hasta dónde vas? Si tengo saldo suficiente, puedo pagar tu pasaje."-
Un poco sorprendido, la miré por un par de segundos; sin embargo, simplemente respondí.
-"No conozco exactamente la dirección, sé que está a 20 minutos"- rápidamente revisé en mi teléfono el mapa–"voy hasta la avenida Caracha"-
-"¿Hasta Caracha? Perfecto, también bajo ahí"-
Ni siquiera pude dar una respuesta; simplemente se adelantó y pagó ambos boletos, sin mediar más palabra o pedir mayor explicación. Me quedé ahí, un poco sorprendido por lo surreal de la situación. Esta chica que me había chocado simplemente pagó mi pasaje y siguió con su camino. . . Eso era inusual.
El transporte ya estaba en movimiento y no podía simplemente quedarme ahí de pie como un idiota. Tenía literalmente todos los asientos libres para sentarme, pero me sentía en deuda con esa chica. Si no hubiese sido por ella, habría tenido que caminar bastante para poder cargar nuevamente mi tarjeta. Ella me había salvado; sentía que sentarme en cualquier otro lugar o tan siquiera no dar las gracias sería grosero.
Caminé hasta donde se encontraba y opté por sentarme en la fila de asientos del otro lado del pasillo.
-"Gracias por ayudarme con el pasaje, habría tenido que caminar hasta la calle principal para poder poner más saldo en la tarjeta. De verdad me salvaste ahí"-
-"Jaja, no hay problema. La verdad es que me sentí un poco mal por la forma en que te golpeé; fue bastante fuerte. ¿Te lastimaste cuando caíste?"-
-"No, estoy bien. Caí sobre mis rodillas y el golpe no fue tan fuerte. ¿Tú estás bien? Chocaste tu frente contra mi espalda; eso fue un golpe bastante duro"-
-"Oh, no fue tan malo. Quizás solo me salga un chichón o un pequeño moretón; no fue tan fuerte como parecía"-
-"Eso es bueno. Supongo que no querías perder el colectivo, ¿verdad?"- dije con un pequeño tono burlón"-
-"Jajaja, sí, bueno, hoy es la apertura de la cafetería de mi madre"- noté cómo revisaba su teléfono–"son las 8:17; la apertura será en 30 minutos. El siguiente autobús tardaría al menos otros 20 minutos en pasar; de seguro habría llegado tarde, y mi madre me habría arrancado la cabeza por eso"-
-"Veo jaja, suena como mi propia madre. Yo voy al veterinario; cuando salga, puedo pasar y probar algo. ¿Cómo se llama el lugar?"-
-"Está al final de la 19; se llama Mokachino. Es una especie de café de gatos japoneses. Mi madre tuvo la idea y no se la pudimos sacar de la cabeza"-
-"Veo. Es bastante curioso; voy al veterinario por un gato"-
-"¿Un gato? ¿Mascota tuya? ¿Está enfermo o algo así?"-
-"No realmente, lo encontré esta mañana en la puerta de mi casa"- dije mientras abría mi maleta y sacaba al gato envuelto en la cobija–"lo envolví en una manta para mantenerlo caliente; la mañana hoy está especialmente fría"-
-"Oh, pobrecito. ¿Por qué alguien haría algo tan cruel?"-
-"no sé, pudo haber sido peor supongo, al menos no lo tiraron a la basura o una alcantarilla o algo así, al menos tuvieron la decencia de dejarlo donde alguien lo encontraría, aunque creo que podrían haberlo hecho en persona, ya sabes la mañana es bastante fría y ni siquiera tenía una manta"-
-"Eso es bastante horrible, pero supongo que tienes razón.".
Y ahí iba yo de nuevo, mi estúpida costumbre de decir exactamente lo que pensaba, ahora el ambiente se había vuelto incomodo. Estaba a punto de abrir la boca de nuevo, con la esperanza de salvar mi imagen cuando ella de repente hablo.
-"¿Te gusta la lectura?"-
Me desconcertó lo repentino de la pregunta, sin embargo, no deje escapar el salvavidas que se me había arrojado.
-"Si, me gusta, sin contar el trabajo escolar leo principalmente novelas, aunque también tengo un pequeño gusto culposo por las guías de supervivencia jaja"-
-"¿guías de supervivencia? ¿Cómo esos programas de supervivencia que pasan por la televisión?"-
Pude notar cierto dejo de diversión en su mirada
-"No exactamente"- Dije con fingida y obvia condescendencia –"yo solo leo el material genuino"- finalice con un tono exagerado
-"Pff jajajajaja"- Una agradable risotada fue su respuesta ante mi extraño intento de ser gracioso –"¿entonces te gusta la vida salvaje y todo eso?"-
-"Bueno si, mi padre me enseña ese tipo de cosas de vez en cuando, dice que es bueno para evitar que ni cerebro se achicharre por tanto estudiar"-
-"Veo, suena interesante, pero por desgracia en la naturaleza soy una presa fácil para los insectos, los mosquitos no pueden resistirse y siempre termino llena de picaduras"-
-"¿No usas repelente de insectos?"- Pregunte con humor
-"siii, pero los malditos prefieren morir envenenados"-
-"jajajajaja, supongo que simplemente eres una de esas personas "dulces" para los insectos"-
Nos quedamos en un cómodo silencio, el cual rápidamente rompí poniéndome de pie y sentándome a su lado.
-"Y a ti ¿Te gusta leer?"-
Pude notar en su expresión que mi pregunta también la había tomado un poco por sorpresa, sentí cierto dejé de orgullo asentarse en mi interior por eso.
-"Bueno, me gusta casi todo tipo de lectura a decir verdad, pero recientemente he leído más novelas de detectives"-
-"¿Novelas de detectives?"- Dije un poco inquisitivo –"hace tiempo que no leo algo como eso, de hecho creo que la única vez que lo hice fue por un trabajo de la escuela"-
-"que puedo decir, es interesante"- Dijo mientras cerraba los ojos y alzaba un poco los hombros.
-"Pero sabes, no pensé que ese sería un género que te gustaría"- dije juguetonamente
-"¿Qué quieres decir?"-
-"No mucho, no mucho, ya sabes. La mayoría de chicas de nuestra edad que conozco no suelen interesarse mucho por la lectura, y las que si lo hacen normalmente solo conocen novelas juveniles, algunas un poco mas "únicas" dicen que les encanta el terror. Ya sabes de lo que hablo, es gracioso."-
-"Hmn, es bastante grosero de tu parte asumir que no me gustan las historias juveniles"- dijo con fingida indignación –"que sepas que no soy como las demás chicas, yo soy única"- termino con un mortal tono serio.
.
.
.
PFF JAHAHAHAHAHAHHAHAHA
Sin poder aguantar más la risa empezamos a reír como idiotas. Hacía mucho tiempo que no conocía a alguien que pudiese seguir el ritmo de mi sentido del humor, era. . . refrescante.
-"haha. . . esa fue buena, pero no deberías hacer ese tipo de bromas tan a la ligera, alguien podría tomárselas enserio"-
-"que puedo decir, me sale solo"- respondí en un tono burlón mientras alzaba los hombros
-"tonto"- dijo entre suaves risas
El agradable momento fue interrumpido por la notificación del mapa en mi audífono, estaba a 2 paradas de mi destino.
No sabía cómo, pero había perdido completamente la percepción del tiempo, tan absorto estaba que tampoco me había dado cuenta de los demás pasajeros que ahora nos acompañaban. ¿así de hambriento estaba por interacción social? Fuera cual fuera el caso no importaba, hacía mucho tiempo que no tenía una conversación tan agradable con alguien que no fuese de mi familia.
-"dijiste que también ibas hacia la caracha verdad, tendremos que bajarnos en 2 paradas"-
-"oh ¿de verdad? perdí completamente la noción del tiempo"-
-"jeje yo también, a decir verdad me divertí mucho hablando contigo"-
-"yo también, fue lindo conocerte"- dijo con una leve sonrisa -"lara"-
-"¿disculpa?"-
-"lara, ese es mi nombre, llevamos casi 20 minutos hablando, pero aún no sé cómo te llamas"-
Me quede en blanco por un momento. . . era verdad, no me había molestado en preguntar su nombre.
-"me llamo Eric"- dije simplemente. Note como nos deteníamos en una parada, la siguiente seria nuestro destino.
-"Bueno, creo que tendremos que bajar en la siguiente parada, recuerda, la cafetería esta al final de la 19, los cinnamon Rolls son bastante buenos"-
Eso llamo mi interés, pero no se lo haría saber, los roles de canela era una de mis debilidades, una de mis pocas debilidades.
-"creo que usted solo está intentando hacer que gaste mi dinero"- dije con burla
-"los negocios y la amistad son asuntos distintos caballero"- respondió con un fingido tono pomposo.
Note como empezábamos a detenernos, señal de que era hora de ponerse en movimiento.
-"Creo que es momento de bajar"- señalo lara
Atine a asentir mientras me paraba, ofrecí mi mano a lara para que se pusiese de pie.
-"Que caballero"- dijo con sorna
Bajamos del camión y tomamos nuestros caminos. Vi el mapa en mi teléfono, la clínica convenientemente estaba cruzando la calle.
Al entrar, un penetrante olor a desinfectante, productos veterinarios y alimento para mascotas inundo mi nariz.
Frente a mí, filas de estanterías llenas con productos para mascotas inundaban el lugar, camas, juguetes, jaulas y otro montón de cosas que no tenía idea lo que eran, todo se veía bastante bien.
Busqué con la mirada, el lugar estaba vacío, parecía era yo el primero del día en llegar, eso era bueno supuse.
Camine hasta el mostrador, no había nadie, pero note un timbre que descansaba sobre la vitrina, al presionarlo pude escuchar a alguien desde atrás responder diciendo que me atendería en un momento.
Espere unos minutos, al poco tiempo salió una mujer. Alta, de cabello negro, piel bronceada, de mirada profesional pero afable. Llevaba una blanca bata con un escudo verde sobre su corazón.
-"¿si? ¿en qué puedo ayudarte?"-
-"Hola buen día, me gustaría una revisión completa para este gato"- Dije mientras sacaba al animal de mi bolso. Note como su mirada se tornaba seria, no era difícil imaginar lo que estaba pensando, rápidamente hable para aclarar la confusión, lo último que quería era ser confundido con un maltratador de animales, no necesitaba ese tipo de drama innecesario.
-"lo encontré en la puerta de mi casa esta mañana, alguien lo dejo ahí. No es mío"- su expresión se suavizo notablemente, pero el ojo crítico no desapareció.
-"Por lo que puedo ver esta desnutrido, tiene una carga parasitaria grave y sobre todo aún necesita leche de la madre. es complicado."-
-"¿Complicado? ¿En qué sentido?"- pregunte ya consternado por la respuesta que me daría
-"Lo ideal sería que lo deje aquí un par de días, se lo dejaría canalizado para que se recupere, también hay que iniciar un esquema de vacunas, uno de desparasitación, limpiarlo. . ."-
Silencie la voz de aquella veterinaria como si de simple ruido de fondo se tratase. Sabía que era necesario darle tratamiento a este animal, sin embargo, aunque tenía algo de dinero ahorrado también sabía que esto no iba a ser nada barato. Además, ni siquiera era mío. También sabía que la vacunación y desparasitación podría hacerse en menos de 2 horas, dejar al animal aquí solo supondría gastos más altos. . . que hacer.
-"¿Cuánto cuesta un día de hospitalización?"- Dije interrumpiéndola. Me miro con algo similar al desconcierto por un segundo, sin embargo, no tardó en responder.
-"24 Dólares más el costo de los medicamentos que se le administren"-
Mierda, eso fácilmente podría traducirse en una factura de 35 dólares, quizás más. . . un plan comenzaba a formularse en mi cabeza.
-"cómo le dije antes, el gato no es mío, ¿sabe de algún refugio o lugar en el que puedan hacerse cargo del?"- pregunte tratando de tantear el terreno.
-"Hay varios, pero la verdad es que por estas fechas es difícil, muchos de esos lugares son administrados por voluntarios y dado que periodo de vacaciones, dudo que muchos de ellos tengan mucho personal, en el estado en el que se encuentra ahora el animalito no creo que sobreviva."-
Esperaba una respuesta como esa, pero no tan elaborada, de todas formas, funcionaba bien con lo que estaba craneando.
-"lo dejare solo hasta la tarde, hasta las 14."-
-"¿solo media mañana? ¿Está seguro? El gato necesitara más tratamiento."-
¿Tratando de apelar a un corazón sangrante? ¿O hacerme sentir culpable tal vez? Mala suerte señorita, viví rodeado de animales, de no ser porque no tengo los medicamentos necesarios sé que incluso yo podría darle el tratamiento que necesita.
-"No tengo dinero para dejarlo por más tiempo, además también debo comprar alimento y otras cosas que necesite"- dije simplemente
-"Muy bien, solo hasta el mediodía serian aproximadamente 15 dólares, más el costo de los medicamentos que se le suministren. ¿iniciamos con un esquema de vacunación y desparasitación? –
-"Si. ¿con todo eso de cuanto sería el total?"- Quería dejar zanjado un precio desde el inicio, no vaya a ser que acabaría por cobrarme mucho mas
Vi como saco una calculadora y una libreta de un cajón, mientras revisaba la libreta escribía en la calculadora.
-"Serian 55 dólares"- dijo con un tono de finalidad.
Como mi madre me dijo alguna vez, los veterinarios no cobran tanto por el servicio la mayoría del tiempo, suelen hacerlo en el valor de los productos.
-"Bien, ¿pago ahora o después?"-
-"ahora. ¿efectivo o tarjeta?"-
-"tarjeta"- aunque traía efectivo conmigo no sería suficiente, además aun debía moverme por la ciudad y no había olvidado que debía volver a cargar saldo en mi tarjeta para el transporte público. Con pesar pase la tarjeta por el lector, escuchando el característico pitido señal de que el pago se había hecho con éxito. Me había tomado bastante tiempo ahorrar ese dinero, quería comprar un pequeño juego de pesas, supongo que simplemente eso tendría que esperar.
-"Perfecto, eso sería todo por ahora"- Dijo mientras recibía el gato envuelto en mantas de mi parte.
Me entrego una tabla con algo de papeleo que tendría que llenar, cosas simples, mi nombre, número de teléfono, dirección. . . me detuve cuando fue necesario dar un nombre para la mascota. Apenas en este momento me percataba que efectivamente estaba adoptando al animalito, eso me daba una extraña sensación en mi estómago, era agradable.
-"¿Debo poner un nombre ahora?"- Pregunte mientras seguía escribiendo, pues como ya había dicho antes apenas había encontrado al pequeño esta mañana, y como era evidente no tenia en lo absoluto contemplado tener una mascota, mucho menos un nombre para una.
-"Si, lo es. Es necesario para llenar el papeleo y también el carnet para el esquema de vacunas y desparasitación"-
Vi de reojo al gato en manos de la veterinaria, su pelaje era naranja quemado con parches de color más oscuro a lo largo de su cuerpo, ¿Garfield? Nah, demasiado cliché, además ninguna mascota mía estaría gorda, eso no estaba bien ¿manchas? Nombre estúpido. . . creo que tengo una idea.
-"es hembra o macho"- pregunte de nuevo. La veterinaria hizo una pausa en su revisión a los ojos y se fijó en su parte inferior.
-"A veces es difícil con los gatos, pero por lo que veo es una hembra"-
Bien, eso lo resolvía. una gata de un quemado color naranja que me recordaba al pan
tostado, y, sin embargo, simplemente llamarla toast sería algo inapropiado para una dama, tenía que ser algo más tierno, algo más lindo. Rusk, así es como se llamaría, verla tan pequeña eh indefensa me recordaba a un pequeño biscocho dulce y su pelaje solo completaba el nombre.
Al terminar con el papeleo, lo deje sobre la vitrina. Pregunte por alguna indicación o algo más que necesitase, a lo que simplemente me dijeron que era todo y podía retirarme hasta la tarde. Di las gracias y me fui.
Fuera de la clínica de regreso en la calle, fui recibido por la agradable brisa de la mañana que poco a poco comenzaba a tornarse más cálida. Revisé mi teléfono, eran las 8:57, casi las 9:00, Lo puse de regreso en mi bolsillo y comencé a caminar, mis manos descansando en mis bolsillos con solo el pulgar, una forma de caminar vulgar según mi padre, pero al diablo, era cómodo, además así podía estar atento si alguien intentaba sacar algo de mis bolsillos jaja.
Estaba a mitad de la 18 sobre la caracha, lara me había dicho que la cafetería de su madre estaba al final de la 19, ósea en la otra cuadra.
Caminaba lento y sin prisa, pensaba en que tendría que decirles a mis padres que adoptaría un gato, dudaba que se molestasen o fuesen a darme algún problema, ya que de hecho fueron ellos en el pasado quienes me preguntaron si me gustaría una mascota ahora que viviría solo. en ese momento lo rechacé, venia de vivir rodeado de animales en la granja, me gustan los animales y cuidar de ellos, no tengo problema con eso, pero en aquel entonces lo rechace, quería descansar un poco de eso ahora que viviría en la ciudad.
Divague en pensamientos inútiles hasta que un agradable y dulce aroma llamo mi atención, voltee mi mirada a mi derecha, frente a mi estaba el lugar, un amplio local de paredes crema y un elegante cartel de letras negras y blancas sobre él, "Mokachino". era aquí. desde afuera podía ver a través de la ventana plataformas, bases, cilindros, puentes y demás cosas instaladas en las paredes y caminando alegremente sobre estas construcciones varios gatos de muchos colores, debía aceptar que solo esa vista ya me había alegrado un poco el ánimo.
Cruce la calle y entre al lugar.
El suave aroma a café y productos horneados me recibió, era agradable. Se notaba que la madre de lara se había esmerado en este lugar, el suelo era de madera, las paredes al igual que el exterior eran de un suave color crema, Plataformas suspendidas del techo y empotradas en las paredes adornaban casi todo el lugar, sobre ellas algunos gatos andaban felizmente, las mesas se notaban habían sido decoradas con cuidado, cada una con un pequeño adorno floral en el centro, a los lados sobre mullidas alfombras de color blanco, varios sillones puff se encontraban dispersos cerca de pequeñas estanterías con libros, al fondo y siendo el único lugar sobre el que no habían plataformas y bases flotantes, había una barra con algunos asientos altos.
El lugar estaba algo lleno, supuse era normal al ser el día de apertura, bien por ellos. Me dirigí hasta el fondo directo a la barra, solo tomaría un café o chocolate caliente, algo para matar el tiempo.
Ni bien me senté, alguien apareció para atenderme. Una mujer de largo cabello rubio y mirada alegre me saludo.
-"Buen día, le gustaría el menú o preferiría esperar?"-
-"El menú estará bien, muchas gracias"-
Con una agradable sonrisa, me entrego una pequeña libreta forrada en cuero.
-"llámame cuando quieras ordenar"-
Desapareció a través de una puerta lateral, presumiblemente a la cocina por lo que podía escuchar. dejándome solo, estudie un poco más la decoración. Tras la barra, una amplia estantería con diversas botellas decoraba el fondo del lugar, le daba un aspecto algo adulto y maduro, pero sin dejar perder el toque agradable y afable. debajo y sobre otra barra, 2 grandes máquinas de expreso creaban el ambiente con vapores llenos de aroma a café, lo dije antes y lo volvería a decir, quien decoro este sitio de verdad que se esmeró en lo que hacía.
Cruasanes, muffins, pasteles, y muchos más postres de buen aspecto estaban disponibles, pero como ya había dicho, realmente no tenía un gran gusto por las cosas dulces.
Navegue por las opciones hasta finalmente encontrar lo que buscaba, un cimanon roll, si bien dije antes que lo dulce no era para mí, los roles de canela eran, son y siempre serían mi talón de Aquiles, mi Kryptonita, mi hoja de plata, mi gran debilidad. . . eso sí, siempre y cuando estuviese correctamente preparado, sabia dios cuántos pobres e inocentes roles habían sido masacrados bajo litros y litros de azúcar, ciertamente ameritaban un minuto de silencio por tan atroz destino.
Levante mi mirada en busca de alguien que tomase mi orden, y como si el destino me sonriese, los castaños ojos de lara me devolvieron la mirada. Con una sonrisa se dirigió hacia mí.
-"Erick, si viniste ¿vas a pedir algo?"-
-"Hola a ti también lara jaja. Si, ya voy a ordenar"- Con una pequeña mueca de burla hacia mí, vi como tomo una pequeña libreta y lapicero. –"Me gustaría un roll de canela mediano y una taza de chocolate sin azúcar por favor"- Hábilmente escribió lo pedido, espero por unos segundos para acto seguido levantar la mirada con expectación.
–"¿Eso es todo?"-
-"Cómo que "¿eso es todo?" ¿Qué esperabas?"-
Sin perder el ritmo y con una burlona sonrisa ella respondió
-"Por supuesto que esperaba que mi nuevo mejor amigo apoyase el nuevo negocio de mi familia ordenando mucho más"- Dijo lindamente.
-"hmm, primero veamos si esos roles de canela son de verdad tan buenos y después veremos"-
Mostrándome la lengua en respuesta, se dio la vuelta y desapareció por la misma puerta de antes, para segundos más tarde aparecer de regreso.
-"bien, debería estar listo en 6 o 7 minutos"- dijo mientras tomaba asiento a mi lado.
Alce una ceja ante esto y no pude evitar preguntar –"¿No deberías estar trabajando en este momento?"-
-"Hay otras personas que pueden hacerlo por mí, no soy indispensable, mamá solo me quería aquí para que no me quedase holgazaneando en casa"-
-"veo"-
-"¿Y cómo te fue con lo del gato?"-
-"Relativamente bien supongo"-
-"¿Cómo que "Relativamente bien" ?"-
-"Bueno, eso. Ósea, el tratamiento y el panorama no es complicado o desfavorable, pero. . . Me costó 55 dólares"- dije con pesar"-
-"Ouch si, los veterinarios son costosos, la mayoría de los gatos de aquí son rescatados de refugios, tuvimos que esterilizarlos, vacunarlos y todo eso, fue una factura bastante desagradable, pero bueno, mamá estaba decidida y simplemente lo hizo"- Finalizo con un encogimiento de hombros. –"Hm, creo que tu orden ya debe estar lista, te la traeré"- dijo mientras se levantaba para acto seguido desaparecer a través de la puerta de antes.
-"Así que, ¿conoces a mi hija?
Algo sorprendido ante la repentina voz, dirigí mi mirada en su dirección, era la mujer rubia de antes, ahora que me fijaba un poco más en ella, tenía también el mismo físico esbelto de su hija, sin contar el rostro y cabello algo similares.
-"Si, nos conocimos hace poco, ella me recomendó el lugar"-
-"ah, lara no me dijo que iba a traer un amigo"-
Y como si la hubiesen invocado, el motivo de la conversación apareció con una bandeja en brazos
-"¿Mamá?"-
-"Por que no me dijiste que habías invitado a un amigo tuyo?"-
Mientras ponía la bandeja sobre la barra y servía la comida, ella respondió
-"No fue algo planeado, apenas nos conocimos hoy en el bus"-
Ante esa respuesta, puede ver a su madre alzar una ceja en expectación, era claro que quería más detalles.
-"Chocamos por accidente y terminamos hablando de camino aquí"-
-"Hey, la que choco conmigo fuiste tu"-
Ante mi replica recibí una mirada poco entusiasta de su parte.
Una carcajada de su madre devolvió la atención hacia ella.
-"Ok ok, ya entendí, los dejare para que hablen tranquilos, te llamare si te necesito para algo ¿está bien?"-
-"Bueno"-
Así sin más alejándose en dirección de la entrada.
-"Perdón por eso"-
-"Nah, mi madre es igual, es normal supongo"- Dije para acto seguido dar un pequeño sorbo al chocolate, estaba muy bueno, amargo como me gustaba. –"así que ¿de dónde salió la idea tras en negocio? Había visto el concepto antes, pero solo en internet, nunca había estado en un café de gatos antes.
-"Oh bueno, mi madre llego hace algunos meses de un viaje por Japón, además también le gustan mucho los gatos, (Mientras ella hablaba, corte una porción del bollo para acto seguido llevármelo a la boca. Estaba muy bueno) así que simplemente tuvo la idea, nada de lo que mi padre dijese la hizo cambiar de opinión jaja"-
-"Japón, si algún día voy a ese país será principalmente por la comida, se supone tienen muy buena gastronomía"-
-"Se, también trajo algunas recetas, a veces cocina algo especial, la mitad del tiempo el resultado es bueno, la otra mitad. . . es mejor no hablar de ello jaja.
Y así seguimos hablando, los minutos pasaban y se convertían en horas, de vez en cuando Vanesa, como me entere que se llamaba la madre de lara, le pedía que hiciese algunas tareas, pero rápidamente terminaba con ellas, fue tanto así que no me di cuenta cuando fue el momento en el que termine ayudándola de vez en cuando, en ese momento no me había dado cuenta, pero en lara acababa de hacer una muy buena amiga, mi mejor amiga.
Cuando menos me percate, ya eran las 11:27 de la mañana y el café empezaba a llenarse.
-"bueno, creo que me iré por ahora, perdí por completo la noción del tiempo y aun debo completar algunos recados "- dije mientras me ponía de pie.
-"wow si jaja, creo que nos dejamos llevar un poco"-
estire mi mano y tome un lapicero que descansaba sobre la barra y en una servilleta anote mi número de teléfono, ¿Qué? ¿se supone que esto debería hacerlo la chica? La vida no es una estúpida novela de romance, y diablos que no quería perder el contacto. Le ofrecí la servilleta y al percatarse de lo que ahí había escrito ella sonrió
-"sabes, normalmente es la chica quien ofrece el numero anotado en una servilleta"-
-"que puedo decir, soy DI VI NA"-
Jajaja ambos reímos un poco ante el mal chiste, una rápida despedida y ya estaba de regreso en la calle.
El sol brillaba ahora en lo alto dejando sentir por fin algo de calidez.
Caminé sin un rumbo aparente, buscaba donde pudiese cargar el saldo de mi tarjeta para el transporte público, unos buenos 10 dólares deberían ser suficientes para moverse por la ciudad medio mes, quizás más si sabía cómo moverme, fue en una tienda de conveniencia donde finalmente pude hacerlo.
Era curioso, efecto mariposa creo que lo llamaban, como algo tan pequeño como esto podía afectar en eventos más grandes, pensé mientras guardaba la tarjeta en mi billetera, estaba a punto de salir de aquel lugar, cuando una vibración en mi bolsillo me detuvo, saqué mi teléfono y puede ver en una notificación un mensaje de lara. . . Si, verdaderamente curioso como un pequeño cambio puede afectar la vida de uno.
Las horas pasaron y me tome mi dulce tiempo para terminar con algunas de las tareas que tenía, un par de favores que mi madre me había pedido y pagar la factura de la electricidad, nada emocionante, pero hey, lo suficientemente bueno como para quemar el tiempo en lo que tenía que pasar de regreso por la veterinaria.
Al final antes de darme cuenta ya era hora de recoger a mi nueva mascota. . . las cosas se veían muy bien en el horizonte.
Viernes 02/07/20XX
Es curioso ¿no?, la sensación de anticipación que llena tu ser cuando estas próximo a regresar a tu hogar de la infancia, ese sentimiento de ansiedad y emoción que llena tu estómago, la expectativa de que todo va cambiar, que cuando llegues será distinto, pero también el anhelo de ver todo donde lo dejaste.
Me encontraba camino a la granja de mi familia después de un largo viaje de 5 horas, iba a pasar el último mes de mis vacaciones ahí. El mes pasado había superado por mucho las expectativas que tenía para mis vacaciones, para empezar, aunque no estaba muy seguro en un inicio, adoptar a Rusk hizo maravillas por mi estado de ánimo, cuidarlo fue una molestia en un inicio, sin embargo me tomo poco tiempo tomar una rutina con la que me sintiese cómodo, luego estaba lara, darle mi número fue posiblemente la mejor y peor decisión que puede haber tomado en algún momento, nos escribimos casi todos los días, aunque era mayormente ella quien iniciaba las interacciones, sabia dios ya cuantas fotos de gatos había tenido que borrar de mi teléfono, aunque para ser justos yo también había enviado demasiado del material absurdo y tonto de mi galería, como no se quejó supongo que era un juego limpio ¿verdad?
Pasaron los minutos y finalmente había llegado. Podía ver a mis padres esperando en la entrada. Indique al taxista que era aquí, cuando se detuvo, mi padre se adelantó a la venta del conductor para pagar, mientras mi madre abría la puerta del pasajero y me recibía con un abrazo. Me ayudaron con mi equipaje y mientras caminábamos las preguntas no se hicieron esperar.
¿Cómo he estado?, ¿Cómo ha estado la escuela?, ¿He tenido algún problema viviendo solo?, ¿Me estaba cuidando bien?, ¿eh estado comiendo bien? . . .
Sabía que mis padres se sentían orgullosos de mí y lo que estaba haciendo, pero supongo que aún no se sentían del todo cómodos con mi situación. Aun así, de verdad los quería, no podría desear mejores padres.
Todo en casa se veía como lo recordaba, como si nada realmente hubiese cambiado, no me había ido por mucho tiempo, pero la inquietud siempre estaba ahí, en la parte de atrás de mi mente, esperando que nada sea como lo recordaba, que los olores, sensaciones y sentimientos cambiasen con el tiempo o aún peor, desapareciesen, pero todo eso solo era infundado, estaba aquí, mi familia estaba aquí. . . estaba feliz.
La cena fue perfecta, hable a mis padres sobre mi nueva mascota, me acompañaba en un pequeño bolso para animales, estaban encantados con mi decisión de adoptar y mamá se ofreció a darle un chequeo después de comer, también les Conte sobre mi nueva amiga y por supuesto las burlas y bromas no se hicieron esperar, pero con todo y eso, eran estos momentos los que a mi parecer hacían que la vida tuviese sentido. Era feliz.
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Dos años después.
La vida era buena, me faltaba un poco para terminar con la secundaria y todos los años de dedicación me habían ganado media beca en una buena universidad.
También estaba lara, el tiempo pasaba y aquello que inicio como una charla ociosa en el transporte público, se convirtió en una gran amistad, al final siempre encontrábamos la forma de gravitar hacia el otro, tanto era así que ya no eran pocos los amigos en común o incluso nuestros padres que nos preguntaban si éramos pareja, y para ser honestos, sería un tonto si no notase la cercanía que teníamos, no éramos pareja, al menos no formalmente, un acuerdo implícito, una promesa no dicha era como a ella le gustaba llamar lo nuestro. Era la chica más bella del mundo.
Por supuesto, 2 años no pasan en vano y ambos habíamos cambiado, lara ahora lucia su cabello antes rubio de un curioso color azul, el día que ella decidió teñirlo, me obligo por horas a ayudarle a encontrar el tono adecuado, aun hoy mantengo que todos se veían igual. Además de eso, ella realmente no había cambiado demasiado, aún era más baja que yo y todavía mantenía su preferencia por los vestidos holgados y cómodos.
Yo por otro lado. . . Bueno, estaba orgulloso por lo que había logrado hasta ahora. Con 15 años ya me alzaba en 1.76 m, el ejercicio y una buena alimentación me habían convertido en un joven atlético, lara sabia lo orgulloso que estaba de mi físico y siempre que podía jugaba conmigo diciendo que me estaba poniendo gordo, que sabía ese pitufo sobre el cuerpo de un hombre jaja.
Recientemente habíamos salido del cine. Eran alrededor de las 18:36 y caminábamos de regreso a la casa de Lara. La calle estaba casi vacía y la fría tarde caía lentamente, abriendo paso a la noche y trayendo consigo las brisas nocturnas de mediados de invierno. Caminamos en un cómodo silencio, uno cerca del otro, nada más importaba en el mundo excepto ese momento.
-"Lara"- Dije de repente en un suave tono de voz
-"hmm"-
-"Tu y yo. . . Sabes que te quiero ¿no?"- cuando dije eso, sentí como ella se aferraba un poco más a mi brazo.
-"hujum"-
-"He estado pensando mucho recientemente. . . Yo. . . yo no quiero que esto acabe, no creo que lo soportaría. La verdad es que te amo.
Seguimos caminando en silencio, no sabía que me había llevado a decir eso, pero no me arrepentía ni un poco, era la verdad, la absoluta verdad.
-"Yo también te quiero, te quiero mucho"-
Esas palabras, esas 3 simples palabras me llenaron de tanta felicidad que sentí mi corazón se saldría de mi pecho.
-"pero, si lo que quieres es que te llame "mi amor" entonces tendrás que esperar"- dijo en tono de finalidad
-"Hm ¿Cómo es eso?"-
-"Bueno, solo te diré así cuando esté completamente segura de que no me abandonaras por supuesto, soy una dama de altos estándares"- Termino con burla
-"jeje"- reí entre dientes –"¿así que? ¿Matrimonio? Un poco temprano para pensar en eso ¿no crees? Solo tenemos 15"-
-"Bueno, esa es mi condición, tómela o déjela caballero"- dijo con burla en su voz, aunque fuese una broma, sabía que no se echaría hacia atrás con esto, ella podía ser así de obstinada y ¿sabes qué? La amaba por eso y mucho más.
-"Bien bien, ya lo entendí"- dije rindiéndome –"Entonces el matrimonio será la primera de mis prioridades, pequeña señorita"- Sabia que ante mi burla hacia su altura, recibiría una pequeña diatriba, y sin decepcionarme, cuando se giró hacia mí para seguramente darme una respuesta mordaz, picotee suavemente sus labios, un casto y corto beso para sellar una promesa.
La amaba tanto.
Nuestra caminata termino en la puerta de su casa. El velo nocturno ya se cernía sobre nosotros y traía consigo una fría llovizna que calaba en los huesos, afortunadamente mi casa estaba cerca, pues de lo contrario seguramente enfermaría, el invierno estaba siendo especialmente duro este año.
-"Está haciendo demasiado frío, ¿deberías entrar y calentarte un poco, mi madre debería estar preparando la cena"-
-"Me encantaría, pero ya te he acaparado todo el día, además, creo que el clima va a empeorar, así que será mejor que me valla ahora que está tranquilo."-
-"Bien, pero llámame cuando llegues ¿ok?"-
-"Lo hare"-
Se inclino un poco para alcanzar mi rostro, feliz mente me incline para acariciar sus labios. Nunca me cansaría de esta sensación, de su calor. Con renuencia me alejé de ella y con un último adiós la vi entrar a su hogar.
Mi casa estaba a unas 7 cuadras, no muy lejos. Con un trote ligero me dirigí a mi hogar. Las calles estaban casi vacías, pues esto era una zona residencial y por el clima era seguro que todos estaban resguardados en el calor de sus hogares. acelere un poco el ritmo.
En poco tiempo me encontraba ya frente a mi casa, y desde la ventana podía ver a rusk observar mi regreso.
Al entrar fui abrazado por la calidez de mi hogar, era agradable estar de regreso. Había dejado la calefacción funcionando para que rusk, que ahora se sobaba contra mi pierna, pudiese estar cálido.
Dejé mi abrigo en la percha y me dirigí a la cocina, noté que rusk estaba bastante más inquieto de lo normal, asumí simplemente que tenía hambre. Abrí uno de los gabinetes de madera y tomé una lata de comida, hoy era pavo, cuando serví el alimento note con algo de sorpresa que no prestaba atención a su cena, eso era inusual, un pensamiento fugaz de preocupación paso por mi mente, ¿estaría quizás enferma? Pero no se veía decaída o con falta de energía, de hecho, todo lo contrario, se frotaba y tiraba energéticamente del dobladillo de mi pantalón.
-"¿Todo bien niña? ¿Qué te pasa?"- pregunte mientras me agachaba para acariciar su cabeza, parecía algo. . . ansiosa. Pensé simplemente que debía ser cosa del clima, quizás un trueno o algo.
Me incorpore y camine hacia el refrigerador, tome un plato que había dejado preparado antes con algo de comida y lo puse en el microondas, quería tomar una ducha, cenaría después.
Camine hacia las escaleras, debía hacerlo con cuidado pues rusk no me permitía moverme fácilmente, si no miraba donde pisaba terminaría por lastimarla, esto comenzaba a ser un poco molesto.
Con cuidado llegué hasta mi baño, rusk había pasado de estar solo un poco ansioso a directamente loco, por un segundo pensé que había algo en el baño, sentí un poco de miedo pues había escuchado que los animales tenían una gran intuición para cuando las cosas no iban bien. con cautela abrí la puerta, un montón de escenarios volando por mi mente, ¿un ladrón? ¿Otro animal? ¿Una broma de alguno de mis padres? ¿Qué podía ser? Empujaba el pomo con mi mano izquierda y mi puño derecho estaba listo para atacar.
Me sentí como un gran, perfecto y completo idiota cuando lo único que me recibió fue un baño vacío.
-"Yo también estoy ansioso"- Dije con algo de diversión mientras comenzaba a quitarme la camisa y entraba al baño.
Rusk por otro lado había redoblado sus esfuerzos y para este punto comenzaba a hacerme daño.
-"Suficiente niña"- Dije mientras la empujaba suavemente fuera del cuarto y cerraba la puerta, estaba cansado y quería algo de tranquilidad en este momento.
Cuando termine de desvestirme, abrí la llave de la ducha, permitiendo que el agua fluyera. espere un poco a que esta se calentase, hoy hacia frio y quería una ducha caliente. Mientras esto ocurría vi mi reflejo en el espejo, aunque era cierto que disfrutaba de pavonearme en broma sobre mi apariencia con lara, una parte de mí de verdad sabía que no era mal parecido, mis rasgos se habían afilado un poco, pero aún conservaba las duras facciones de mi rostro, mi cabello ahora llegaba casi hasta mis hombros, lara quería probar algo nuevo en él y yo era débil, así que ahora mi cabello era más largo.
Mi reflejo en el espejo rápidamente se vio empañado por el vapor, el agua estaba lista.
Entre a la ducha y deje que el agua caliente recorriese mi cuerpo, desde mi cabaza bajando por mis hombros y espalda, se sentía bien. Me quede así por unos momentos disfrutando del calor en mis músculos, sentía como se estiraban con cada segundo que pasaba. Solté un largo suspiro mientras recargaba mi frente en la pared, cerré mis ojos y me permití divagar.
Pasaron los segundos que parecían minutos, el agua fluía por mi cuerpo y yo seguía en la misma posición con los ojos cerrados.
Un extraño olor llego a mi nariz, era similar al cloro, un poco metálico tal vez, confundido abrí mis ojos, notando en el proceso algo extraño, los bordes de mi visión se oscurecían mientras el olor se hacía más fuerte.
Un profundo sentimiento de pánico que amenazaba con devorar mis entrañas me invadió ¿Qué diablos estaba pasando? ¿era esto un infarto? ¿una convulsión? ¿una fuga de gas acaso? No podía moverme con facilidad, de hecho, sentía que podría caer en cualquier momento, como pude me sujete contra las paredes de la ducha, con la esperanza de que esto pasase pronto, sin embargo, aquel fuerte olor solo se hacía cada vez más y más intenso, casi ya no podía respirar, quemaba mi nariz y molestaba mi garganta, sentía mis pulmones como si fuesen a explotar y el pánico que me hacía hiperventilarme no ayudaba.
Pronto, se sumó una molesta sensación en todo mi cuerpo, era similar a la estática en la piel y esta solo aumentaba, rápidamente al igual que el olor se volvió insoportable y dolorosa.
Aquel olor similar al cloro ahora también inundaba mi boca, un sabor acre y amargo similar al metal llenaba mi gusto y en mis oídos un fuerte pitido amenazaba con hacer explotar mi cerebro.
Me sentía abrumado, pensé que moriría, quería salir, pero no podía moverme, quería pensar en un plan, analizar lo que estaba pasando, pero no podía concentrarme en nada, estaba en pánico.
Mi visión poco a poco se tornaba más oscura y con ello mi miedo aumentaba.
Y antes de que la oscuridad me reclamase por completo creí escuchar de fondo amortiguados, los desesperados maullidos de rusk.
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.
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Mis pulmones ardían, de hecho, casi no podía respirar, mi cabeza me estaba matando y la sensación de hormigueo en mi cuerpo no desaparecía, me sentía horrible.
Poco a poco mi visión regresaba y lo primero que me recibió fue el suelo, barro y hojas contra mi rostro. Me sentía tan agotado que no podía siquiera moverme.
Pasaron los minutos y con ello las sensaciones regresaban a mí. Como pude trate de moverme, siendo que lo único que conseguí fue arrastrarme un poco, con esfuerzo me apoye en uno de mis brazos para levantarme, pero todo lo que pude lograr fue apenas sentarme, satisfecho con aquella pequeña victoria encogí mis piernas contra mi pecho, apoyando mi cabeza contra mis rodillas en posición fetal, no sabía que estaba pasando, cerré mis ojos en busca de consuelo.
Mis pulmones ya casi no dolían y con ello pude dar profundas inhalaciones, también el dolor de cabeza disminuía y con él se desvanecía el molesto pitido en mis oídos.
No sabía cuánto tiempo había pasado en aquella posición, 10 minutos tal vez, realmente no pensaba con claridad.
La lucides llegaba a mi mente acompañada finalmente de la conciencia sobre la situación en la que me encontraba.
Al alzar mi mirada, vi con creciente temor donde estaba. Altos árboles y plantas de todo tipo donde se posase mi vista, el suelo sobre el que estaba sentado era cubierto por una gran alfombra de hojas, tantas que casi cubrían por completo la resbalosa y sucia superficie de barro y tierra húmeda.
¿Dónde diablos estaba? ¿Me habían secuestrado acaso? ¿Estaba muerto o inconsciente? ¿Que estaba ocurriendo?
Con cuidado me puse de pie, mi cuerpo aún tenía leves espasmos y sabía que, si no tenía cuidado, saludaría al suelo con mi rostro de nuevo.
Estaba desnudo y aun un poco húmedo, algo de tierra y barro se pegaba a mi producto de mi hazaña anterior al intentar arrastrarme como un gusano.
Miro al cielo, la luz apenas pasa a través del dosel de los árboles, pero noto los rojizos rayos del sol, señal de que pronto anochecerá, pero ¿Cómo? Cuándo llegue a casa ya era de noche, ¿es acaso que estaba en otra parte del mundo? ¿Qué estaba pasando?
¿ir adelante o atrás? ¿izquierda o derecha? ¿debía acaso quedarme aquí? ¿alguien me buscaría? Estas y muchas más preguntas llenaban mi mente. Fue entonces que la voz de mi padre resonó de entre toda la maraña de pensamientos.
-"Cuando uno está en terreno y no sabe dónde está, una forma de ubicarse es buscar una fuente de agua, un rio es perfecto, camine en favor a la corriente y es posible que encuentre civilización."-
Cerré mis ojos de nuevo, en un vano intento de calmar mi agitado corazón que resonaba con fuerza en mis oídos, necesitaba concentrarme un poco. Escuche, trate de concentrarme al máximo solo en los sonidos de este lugar.
La brisa en la hojarasca de los árboles, el sonido de las aves y otros animales que sonaban de fondo. . . Y muy tenuemente, creí oír lo que estaba buscando, el lejano murmullo del agua.
Lentamente abrí mis ojos y me di la vuelta, aquel lejano ruido venia de la izquierda.
Caminaba con cuidado, trataba de fijarme en donde pondría mi siguiente paso, lo último que quería ahora era lastimarme un pie o caer y herirme.
Todo se veía igual, vegetación hasta donde alcance la vista, árboles y troncos en mi camino que prefería rodear. Mi olfato regresaba y con él podía notar lo distinto que se sentía el aire aquí, era mucho más fácil respirar, pero también era más húmedo y espeso, sin contar claro que era mucho más cálido, me recordaba a aquella vez en la que visite la selva con mi familia en unas vacaciones. . . ese último pensamiento generaba un profundo sentimiento de malestar en mi interior ¿sabrían acaso mis padres donde estaba? ¿Cuánto tiempo había pasado? La señora Elodia ya no me revisaba tanto como antes, pero aun así mañana sería el día en que iría a casa para ocuparse de la limpieza ¿Qué pasaría cuando se diesen cuenta que había desaparecido? ¿había acaso alguna pista de lo que me había sucedido? Trate de recordar mis últimos momentos antes de llegar aquí, pero nada útil salió al frente, simplemente en un momento estaba tomando una ducha y al siguiente estoy agonizando para simplemente luego aparecer aquí, nada tenía sentido.
Tantas preguntas y ninguna respuesta, podía sentir el pánico volver a emerger, pero con un profundo suspiro lo envié al fondo de mi mente lo mejor que pude, necesitaba estar enfocado en este momento, no podía darme el lujo de enloquecer como un marica justo ahora.
Seguí caminando, ya habían pasado quizás 20 minutos y el ruido era más fuerte, también había tomado un ritmo cómodo en mi marcha, daba pasos con más confianza, pero aún no bajaba la guardia, ya había visto algunos insectos de aspecto desagradable antes, algunos los reconocí, otros eran similares y finalmente los más inquietantes parecían cosas de otro mundo. . . eso ultimo me inquietaba bastante, era un poco un entusiasta de la vida al aire libre y sabía perfectamente que en una selva como esta en mi estado actual era una presa muy fácil, ese pensamiento era inquietante y aterrador.
Intente volver a encarrilar mi mente, pensar en lo poco que sabia y partir desde ahí ¿Qué tenía hasta ahora?
Para empezar el clima y la vegetación, estaba claro que esto era algún tipo de selva tropical, algo bastante alejado de los pocos bosques fríos que hay cerca de la ciudad, eso de hecho me lleva a pensar también acerca de en donde carajos estoy, cuando llegue a casa eran casi las 20:00 horas, pero aquí es el atardecer. . . Y eso era todo, no tenía más con lo que trabajar.
-"Mierda"-
Seguí caminando, las plantas de mis pies ya dolían y los músculos de mis piernas comenzaban a acalambrarse, pero el sonido era mucho más fuerte ahora, era definitivamente el ruido de un rio.
Finalmente, los árboles comenzaban a ser cada vez menos, permitiéndome por fin ver el panorama.
Frente a mí, a unos pocos metros terminaba el suelo y un gigantesco rio de turbias aguas partía la tierra, el otro lado estaba bastante lejos y de todas formas la corriente era fuerte, intentar cruzar seria suicidio.
La corriente se dirigía a la izquierda y ya que no tenía ninguna opción, comencé a caminar de nuevo.
Mi ritmo era tranquilo y silencioso, pues no quería gastar energía de más y mucho menos hacerle saber a algo más grande que yo que la cena estaba lista. . . cena, ese pensamiento hizo que mi estomago rugiese en protesta, resignado simplemente seguí caminando.
Lentamente caía el sol y la luna se alzaba reinante en el cielo, trayendo consigo el oscuro cobijo de la noche, por suerte para mí el blanco orbe brillaba en un despejado cielo nocturno lleno de estrellas. . . al menos podía ver por donde caminaba.
El dolor en la planta de mis pies comenzaba a ser muy molesto y empezaba a sentir calambres en mis muslos, incluso mis nalgas dolían. No sabes lo buenos que son los zapatos hasta que tienes que caminar casi 2 horas sin ellos, y este maldito terreno no ayudaba en lo absoluto, ya había caído 2 veces atrás por lo resbaloso del suelo sin contar el constante miedo por pisar algo que me lastime o aún peor, que estuviese vivo. Es así que decidí tomarme un descanso, noté a unos pocos metros frente a mí una gran roca medio enterrada en el suelo, eso funcionaria por ahora.
Me senté en ella, aún estaba algo tibia, recordé que la roca conservaba bien el calor. Estirando mis piernas escuché suaves chasquidos salir de mis tobillos y mientras lo hacía recosté también mi espalda sobre la áspera superficie, escuchando también el satisfactorio crujido salir de mi columna. Finalmente, solo deje caer mis brazos y piernas como una marioneta a la que le cortaron los hilos.
El cielo nocturno se veía hermoso esta noche, las estrellas se miraban claras y brillantes, cientos, no miles de puntos blancos en el lienzo negro sobre mi ¿Qué tan lejos estaba de la civilización? Este nivel de detalle, solo lo había visto antes en fotografías tomadas en desiertos en medio de la nada, una vista tan hermosa como esta y solo me indicaba lo lejos que estaba de casa.
Fue entonces que lo note, bajo el cielo estrellado, alta y orgullosa la luna se erguía poderosa y blanca, pero había algo en ella que no había notado antes y que al verlo hizo un escalofrió trepase por mi espalda. Ahí, a la vista de todos y vigilante de lo que bajo su luz ocurriese, había sobre la superficie de la luna lo que inequívocamente era la silueta de un caballo. . . no, no un caballo, un ¡¿unicornio?! ¡¿Por qué diablos estaba la silueta de un maldito unicornio en la luna?! Nada de esto tenía sentido.
Cientos de pensamientos cruzaron por mi mente, estaba increíblemente confundido, como si no fuese suficiente con despertar en medio de la maldita jungla, ahora resulta que incluso la puta luna era distinta. . . . . .
Un sordo sonido a mi espalda hizo que me paralizase por un segundo, en el sepulcral silencio de la selva el ruido de una rama rompiéndose me puso en alerta máxima. . . asesinos ojos felinos, amarillos casi rojos, me observaban con atención, fue por menos de un segundo, pero sentí como si durase toda una vida. . .aquel momento que se extendió indefinidamente. . . . . Hasta que algo en mi se rompió. . . Como accionado por un interruptor me incorpore de un salto y como un resorte me impulse con mi pie de la roca en la que estaba, me lance en una loca carrera con todo lo que tenía.
No me importaba si lastimaba o no mis pies, pisaba fuerte y con los dedos retraídos en un intento de no resbalar y caer, sentí mi corazón latir como si fuese a salir de mi pecho, mi cabeza palpitaba y yo no paraba de correr, Tras de mí el paso de aquella bestia sonaba cada vez más cerca, lo sabía, sabía que me alcanzaría, no podía esperar correr más que esa maldita cosa. ¿moriría acaso? ¿Es así como seria mi fin? Mi fin estaba cerca, podía sentir los bellos de mi espalda levantarse con un frio sudor recorriéndolos, y esa inquietante sensación de frio sobre mi como si del aliento de la muerte se tratase. No podía parar de correr.
Mi fin estaba cerca y lo sabía, podía sentirlo, esa sensación de anticipación no mentía. . . Pero, frente a mí, como regalo del cielo dado por la mismísima blanca luz de la luna, un árbol torcido cuyo tronco sobresalía hacia el rio aparecía frente a mí. ni siquiera tuve que pensarlo, fue un impulso primario, instintivo incluso, aumenté aún más mi velocidad, la adrenalina ayudándome con todo el impulso que podía para lo que estaba a punto de hacer.
.
.
Y salte
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Logre sujetarme con ambos brazos al torcido tronco que sobresalía y con mis piernas me aferre también como si de un perezoso se tratase. Abrasé aquella áspera superficie tan fuerte como podía, sentía la corteza enterrarse en mi piel, pero no me importaba, pues el momento había llegado, por fin pude ver lo que me perseguía.
Un segundo que se alargó en mil, un momento que bien podría llamarse eterno, uno frente al otro, podía verlo en cámara lenta dirigirse hacia mí, su felino rostro similar al de un tigre, de grandes colmillos listos para desgarrarme, su gran melena que solo había visto antes en fotos de leones, era grande, muy grande, mucho más que yo seguro y construido como si de puro musculo se tratase.
Cerré mis ojos y me aferré con aun más fuerza a aquel tronco. . . Sentí la brisa rozar mi espalda y el áspero pelaje acariciar mi nuca. . . Lo siguiente que supe fue escuchar el gutural rugido bajo mí de aquel monstruoso animal, abrí los ojos de inmediato y giré mi cabeza, lo único que vi fue a esa maldita cosa ser arrastrada por la corriente a lo profundo del rio.
No me moví, estaba paralizado, aterrorizado incluso.
no sé cuántos segundos pasaron, pero solo fue cuando comenzaba a sentir la fuerza en mis extremidades abandonarme que como en piloto automático escale para quedar sobre el tronco de aquel torcido árbol que acababa de salvarme la vida.
¿Segundos? ¿Minutos? ¿Horas? No sabía cuánto tiempo había pasado ya ahí sentado, totalmente quieto, apático al mundo que me rodeaba, solos yo y el interminable silencio que me acompañaba en la oscuridad.
Y llore. . . Como si de una palanca de acción lenta se tratase, las lagrimas en mi comenzaron a salir, grandes, amargas e incontrolables.
Por dios, casi acababa de morir.
Sujeté un puñado de mi cabello en un vano intento de obligarme a callar, mientras recostaba mi espalda conta el tronco tras de mí, y ahí, desnudo y encogido como un bebe no pude hacer nada mas que llorar desde lo mas profundo de la desesperación de mi corazón.
Fin del capítulo.