Hola a todos, espero que se encuentren muy bien, he aquí con un nuevo capítulo de este fanfic, sin más nada que decir, empecemos.
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Todos los derechos reservados de la franquicia One Piece a su creador Eiichiro Oda.
Capítulo 10: Destinos Cruzados.
El barco mercante se estaba dirigiendo a Water Seven cuando es emboscado por un grupo de piratas que, de manera veloz, atacan y saquean la mayoría de sus bienes que disponían a vender en la antes mencionada isla. Pell, quien en ese momento, se encontraba en su camarote, meditando en todo lo que piensa hacer al llegar a destino, escucha ruidos y gritos fuera de su cámara, confundido, sale de su habitación, para encontrarse con una escena sumamente inquietante, el barco estaba vacío pero con charcos de sangre en algunas secciones del mismo, pero lo más aterrador se encontraba en el timón; un cuerpo se encontraba colgando de un mástil sin un brazo, con las vísceras por fuera y desollado en la mitad derecha de su cara, el resto de los tripulantes no se encontraban pero era evidente a la vista de que muchos de ellos no se encontraban con vida, una voz lo sacó de su trance, dicha voz era el de una niña que se encontraba sollozando entre medio de unas cajas, Pell se dirigió hacia el sonido encontrándose con la niña que yacía escondida entre unas cajas; -¡Por favor señor, no me lastime, yo no he hecho nada malo!- dijo la niña entre suplicas. Pell observaría que la pequeña parecía estar cubriendo sus piernas de algo, mientras una visible herida se dejaba entrever en su brazo izquierdo; -¿estas bien?- dijo Pell intrigado, la niña dijo nerviosamente; -s-s-si e-e-estoy b-b-bien-; sus nervios delataban que algo malo le había ocurrido y, de eso, Pell se percataría para notar que la niña esta vestida con un vestido floreado y corto, con el detalle que tenia manchas de sangre. Pell la levantaría, pero la niña emitiría un leve quejido de dolor para luego de estabilizarse, posicionar sus pequeñas manos entre sus piernas, tal gesto de la niña haría que Pell, con una notable preocupación en su rostro, mirara hacia donde estaban las manos de la niña y lo que vio lo atemorizó, el líquido carmesí fluía por debajo de sus piernas con una sustancia blanca pegajosa y un tanto viscosa. La pequeña a cada paso que daba, más quejidos emanaba, hasta que llegados al timón, Pell diría; -los tipos malos te hicieron algo horrible, ¿no es así?-, la niña no soportó recordar tal terrible suceso y, entre llantos, le diría todo lo que le pasó a Pell:
Flashback: Me encontraba jugando con mi muñeca de trapo, mientras los mercaderes, entre ellos mis padres, me pedían que no me alejara tanto, de pronto una balsa empieza a rodearnos y, unas 20 personas suben al pequeño barco; -queremos todo lo que sea de valor, de lo contrario, sufrirán lo peor- dijeron, todos sacaron sus armas, incluidos mis padres; - Loi, escóndete donde no puedan verte- me dijo papá. Intenté ponerme a salvo, pero uno de esos sujetos me atrapó, -no escaparas- me dijo muy enojado uno de los señores malos, escuche muchos disparos que hicieron que mis oídos soltaran un sonido muy molesto, mis padres disparaban y los sujetos caían al mar, pero uno de ellos sacó un cuchillo gigante y empezó a atacar a mis padres y los demás, suplicaba que no les hicieran daño, pero no me escuchaban, hasta que en un momento, mi papá, protegiendo a mamá, es atacado por ese sujeto y expulsa mucha sangre, grité por mi papito y mi mamá también; -¡¡AMOR, RESPON..!!-, mi mamá es atacada y pierde su cabeza y los demás también son atacados, uno de los tipos malos ahorca desde el mástil a uno de los amigos de papá y mamá que no respondía. -¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!!. ¡¡¡¡PAAAAPAAAAAA, MAAAAAAMAAAAAA!!!- grité, luego arrojaron a papá, mamá y a los demás al mar, sólo quedaban tres de esos sujetos malos; -¿que hacemos con la niña?-, -divirtámonos con ella- es lo que alcancé a escuchar, empezaron a mirarme de una forma extraña y mala; -por favor, que quieren hacerme, suéltenme- uno de ellos levantó mi falda y rompió mi ropa interior, se sacaría sus pantalones y mostraría un órgano que parecía muy grande, lo colocaría cerca de donde yo orinó, lo empujaría y, y.....
Fin del flashback.
Loi soltaría a llorar, a lo que Pell la abraza buscando consolarla; -¡ME DOLIO MUCHO, TAPARON MI BOCA MIENTRAS ELLOS SEGUIÁN EMPUJANDOME!- dijo Loi histéricamente; -DESPUÉS SE IRIÁN EN ESA BALSA Y YO ME ESCONDÍ CON MI MUÑECA DETRÁS PARA QUE NO ME VIERÁN- concluiría Loi entre lagrimas y sollozos. Pell miró con impotencia la cabeza de la niña para ser sorprendidos por unos disparos. -Tal parece que no 'limpiamos' el área por completo-, dijo uno de los asaltantes, -s-s-s-son e-e-e-ellos- dijo Loi con una voz temblorosa, en ese momento Pell sentiría una rabia que emanaba desde su interior; -quédate detrás, niña y no te alejes de mi- dijo Pell seriamente, con un tono muy molesto; -s-sí- respondió Loi nerviosamente, los piratas buscaron desembarcar de nueva cuenta al pequeño barco, pero Pell de una forma veloz y silenciosa, decapitaría a uno de los piratas, los dos restantes, aterrorizados, empezarían a descargar toda la artillería sobre el pequeño barco, pero el resultado fue el mismo, Pell masacrando a uno de los piratas con su espada, mientras el otro arrojaría una dinamita que hizo destrozar buena parte del pequeño barco, provocando que este empezase a hundirse por los huecos que aparecieron tras el estallido. Pell desmembraría al último asaltante que quedaba, para, transformado en su forma zoan, que lucía un poco mejor que la primera vez, sujetar y asegurar a Loi entre sus patas y volar rumbo a la isla que se visualizaba en el horizonte; -No te sueltes- diría Pell en pleno vuelo; -sí- respondió Loi. Finalmente, llegan hasta la isla que se encontraba a la distancia, viendo desde allí todo un sitio con vegetación y varios barcos que allí desembarcaban, Pell y Loi aterrizarían cerca de uno de esos barcos y muy silenciosamente se moverían en dirección al lugar más apartado de esa isla. Pell, con una toalla que había encontrado cerca de un barril, limpiaría a Loi para que no levantara sospechas, posteriormente se dirigen a la cantina más cercana para, en el caso de Pell, poner en orden sus pensamientos y buscar una forma de que la niña estuviese segura en un lugar donde pueda, al menos, disfrutar y no sufrir. -¿En donde estamos, señor turbante?- dijo Loi; -no lo se, este lugar no parece ser un sitio tranquilo, más bien, está repleto de gente sin las mejores intenciones- respondió Pell. Tanto Pell como Loi, entran a la taberna más cercana que habían encontrado y se encuentran con un número considerable de bandas piratas, siendo una de ellas la banda pirata de Bellamy, (quien lucía con muchos vendajes en el torso producto del ataque que Doflamingo le efectuaría, manipulando a uno de sus compañeros para atacarlo a machetazos). Los recién llegados parecían no estar cómodos con la situación, debido a la pesadumbre que había en el ambiente. -Buenas tardes y bienvenidos al Mal de Ángel, ¿en qué puedo ayudarles?- preguntó el cantinero a los recién llegados; -queremos saber si existe alguna manera de salir de esta i...-, Pell sería interrumpido por uno de los tripulantes de Bellamy, quien era el mismo que, momentos atrás, había atacado a su capitán, manipulado por Doflamingo; -¡No hay ninguna salida!. Si tu intención es que tanto tu como esa niña, salgan sanos y salvos, es por que son muy ingenuos o muy tontos- dijo uno de los tripulantes de Bellamy. Tanto Pell como Loi quedaron sorprendidos por tal declaración. Procederían a marcharse, pero una voz resonó en el lugar; -¿alguien dijo niña?- dijo la misteriosa voz que venía de una mesas más alejadas del lugar. El misterioso ser se levantaría de su silla para dirigirse a donde se encontraban los recién llegados, su aspecto era horrible, (un hombre gordo, con un rostro deforme resaltando que su ojo izquierdo es más grande que su ojo derecho, su nariz era prominente con sus cavidades rebosantes en pelos y mucosidad, su boca era igual de enorme, con la diferencia de que está tenia una perforación en su labio inferior derecho, era alto, con una barriga igual de masiva, capaz de aplastar a una persona pequeña, sus piernas y pies eran igual de abominables que la parte superior de su cuerpo y el olor que emanaba era tan desagradable, que provocaría nauseas en un área extensa). Se acerca lentamente hacia donde estaban Loi y Pell, pero este último, se percataría que las intenciones del sujeto no eran para nada buenas, por lo que desenvaina su espada apuntándola a la cabeza del hombre; -oye, tranquilo, sólo vengo a apreciar la belleza de esa dulce ni-, no terminaría de decir la palabra que, en un veloz movimiento, Pell le cortaría diagonalmente parte de su rostro, salpicando sangre en el proceso; -¿Qué diablos te pasa, imbécil?- dijo el sujeto tapando la zona cortada de su rostro. -¡NO PERMITIRÉ QUE TE ACERQUES A ESTA NIÑA, SI LLEGAS A HACERLE ALGO, JURO QUE ESTE LUGAR SE VOLVERA TU TUMBA!- gritó Pell, de tal forma, que haría que los demás piratas que se encontraban se levantasen con la intención de iniciar una batalla dentro de la taberna.
Mientras tanto, en Skipiea.
Todo había acabado, la paz se iba restaurando de a poco en la tierra sagrada, no obstante, no todos se encontraban allí, un guerrero que batalló de una forma inhumana yacía en una pequeña tienda cubierto desde su cabeza hasta sus pies de vendas, siendo visibles sus ojos. El guerrero abriría sus ojos observando a su alrededor, percatándose del lugar en donde se encontraba; -¿en donde estoy?, ¿Qué hago aquí?, ¿acaso se acabó todo?- pensaría en su cabeza el vendado sujeto, sin embargo una voz familiar le responde todas sus preguntas; -Wiper, que bueno que estas despierto, ¿te encuentras bien?- dice Conis que trae entre sus manos lo que parece ser un pastel de calabaza; -Wiper no puede oírte Conis, esta vendado por completo, sólo puede verte- responde Laki con mucho pesar; -Él, de hecho, si puede oírlas, sólo está asimilando que se ha despertado en un lugar que no es Shandora- dijo el Jefe de su tribu shandia. -Shandora- pensó Wiper en su mente. Esa palabra lo llevó hasta ese fatídico momento y, cómo si de un jaguar se tratase, saltaría rápidamente de su cama, saldría de su tienda y correría rumbo al lugar donde allí se encontraba Shandora. Los pasos que hacía se sentían como si flechas atravesaran sus pies, su aún adormecido cuerpo, empezaba a resquebrajarse de a poco con cada paso que realizaba, llegando hasta el lugar de la batalla, viendo algo que lo dejaría atónito: la campana estaba allí, pero con una nueva grieta; -Luffy, lo logró- fue el pensamiento que pasaría por su mente. Su agotado cuerpo se derrumbaría en un gran hoyo, cayendo al vacío. En ese instante, pasarían delante de sus ojos, todos los recuerdos, charlas y batallas desde la primera hasta la última, en ese entonces, sus ojos terminan por cerrarse esperando el inevitable fin.
Mientras tanto, en Jaya.
La taberna y sus alrededores se volvieron un campo de batalla, los clientes, asiduos y aguerridos piratas se enfrascaron en una batalla campal donde las balas, la sangre y las botellas no tardarían en volar. Sin embargo, dentro de la taberna, la situación era más caótica. Pell, se encontraba herido en el suelo, con una mancha roja cubriendo todo su torso inferior, el atacante no era otro que Sarquiss, quien se encontraba en el lugar junto con los demas miembros de la tripulación de Bellamy (este último no se encontraba allí), Sarquiss mira a Loi, que tenía los ojos llenos de rabia y miedo, estando dispuesto a acabar con la pequeña, siendo interrumpido por el estrellato de algo encima de Sarquiss. Un cuerpo vendado yace encima de Sarquiss, quedando este inconsciente, Pell, sorprendido, se dirige hacia donde se encontraba la persona que allí yacía tumbado en el suelo, Pell cubría la herida con su mano izquierda mientras observaba lo sucedido, Sarquiss estaba desmayado pero el otro sujeto que se encontraba encima del antes mencionado pirata, abre los ojos; -¿Dónde estoy?- se preguntó Wiper en sus pensamientos antes de perder la conciencia. Pell logra sacarlo de allí y procede a llevarlo hasta fuera del lugar. Loi se encontraba preocupada y asustada por todo lo que pasó allí dentro, el hecho de ver a su amigo ensangrentado, le provocó cierto miedo que no cesaría hasta llegados a un lugar seguro. Pell, con un dolor indescriptible, lleva a Wiper hasta una pequeña tienda con la esperanza de reestablecer sus heridas y sanarlo por completo. Ambos son recibidos por un grupo de médicos que llevan a ambos a una cama donde ambos se recuperarían. En ese momento no lo sabían, pero dicho encuentro no era una mera casualidad, era algo predestinado a ocurrir.
Continuará.