La pelea había llegado a su clímax y la multitud atónita se sentó en silencio, tratando de procesar lo que acababan de presenciar. Neuvillette se puso de pie, ligeramente cansadopor el esfuerzo y la magnitud del poder que acababa de desatar, mientras Clorinde lentamente se acercaba a ti, comprobando el alcance de tu condición.
Con la tensión en el aire aún palpablemente presente, todos observaron en silencio mientras Clorinde te inspeccionaba, tratando de evaluar tu condición. Mientras lo hacía, Neuvillette se acercó para evaluar la situación también, su expresión permaneció seria y concentrada.
Clorinde revisó rápidamente tus pertenencias, buscando lasVisión artificiales que te habían permitido ejercer tanto poder. Sabía que estos "engaños" debían ser confiscados, dado su carácter de peligroso y prohibido.
El público observó cómo Clorinde rebuscaba entre sus cosas, quedando clara la gravedad y urgencia de la situación. Incluso el señor Neuvillette permaneció cerca, con la mirada atenta fija en tu estado inconsciente y en la búsqueda de los "engaños".
La búsqueda de Clorinde fue minuciosa y eficiente, sus ojos escanearon sus posesiones con practicada precisión. Después de unos momentos tensos, finalmente encontró lo que estaba buscando: los poderes artificiales de Visión, los "engaños", la fuente de su abrumadora fuerza y habilidad.
Clorinde se dirigió hacia Neuvillette, sosteniendo los poderes de Visión artificiales que había encontrado entre tus pertenencias. Neuvillette miró a los "engaños" con expresión seria y severa, entrecerrando los ojos mientras analizaba el peligroso poder que tenía entre manos. Reconoció claramente el peligro potencial de estos poderes de Visión artificiales.
Neuvillette dio sus órdenes con voz firme y autoritaria.
"Llévenlo al Fuerte Meropide", ordenó.
"Atiendan sus heridas y manténganlo vigilado en todo momento".
La gravedad de la situación todavía pesaba sobre todos los presentes, y Neuvillette no quería correr riesgos con un individuo tan peligroso.
La audiencia guardó silencio mientras escuchaban las órdenes de Neuvillette, el peso de lo sucedido ahora se asimilaba por completo. Clorinde asintió con expresión solemne y comenzó a prepararse para transportarlo al Fuerte Méropide.
Mientras Clorinde comenzaba a hacer los arreglos necesarios, la atmósfera seguía pesada con una mezcla de tensión y conmoción. Los acontecimientos del duelo habían cambiado las cosas irrevocablemente, y las implicaciones y consecuencias de tus acciones sin duda tendrían efectos duraderos en todos los involucrados.
De repente, una voz rompió el silencio, perteneciente a la reconocida reportera Charlotte.
"¡Espera!" gritó con una cámara lista.
"Necesito conseguir algunas fotos de el para mi artículo".
El público centró su atención en Charlotte, con una sensación de curiosidad y tensión en el aire. La solicitud de Charlotte de capturar el evento con la cámara añadió una nueva capa a la ya complicada situación.
Clorinde hizo una pausa y su mirada se dirigió a Charlotte, claramente en conflicto. La necesidad de transportarlo urgentemente al Fuerte Meropide estaba en conflicto directo con la solicitud de fotografías.
Neuvillette levantó una mano para indicarle a Charlotte que se detuviera.
"No", dijo con firmeza.
"Sin fotos"
Luego se volvió hacia algunos guardias cercanos y dio la orden:
"Bloqueen su camino. No permitiré la presencia de los medios aquí"
Charlotte protestó, por supuesto, con la cámara todavía apretada con fuerza en la mano, pero los guardias obedecieron la orden de Neuvillette, negándole el paso y cualquier posibilidad de capturar la escena con la cámara.
El público observó, algunos suspiraron decepcionados, pero otros expresaron comprensión, mientras los guardias se mantenían firmes, impidiendo más fotografías. La decisión de Neuvillette parecía definitiva, y Charlotte guardó su cámara a regañadientes, sabiendo que el momento había sido cerrado a los ojos y cámaras externos.
Con la decisión de Neuvillette de bloquear las fotografías, la tarea original volvió a tener prioridad. Clorinde regresó a sus deberes, concentrándose en prepararse para transportarlo al Fuerte Meropide para su confinamiento.
Charlotte, con toda su determinación y capacidad para recopilar información, trabajó diligentemente para encontrar el mejor lugar para tomar fotografías discretamente y recopilar cualquier detalle relevante sobre lo que estaba sucediendo. Estaba familiarizada con la ruta al Fuerte Meropide, y este conocimiento sólo alimentó su determinación de obtener la información que necesitaba.
Al reconocer sus heridas y cansancio Clorinde reconoció la necesidad de ayuda adicional, ella tomó la decisión de recurrir a un par de aliados familiares: un hombre rubio viajero y su siempre hambrienta compañera. Sabía que podrían brindarle el apoyo adicional necesario para transportarme de manera segura al Fuerte Meropide.
La audiencia observó cómo Clorinde hacía su pedido, y hubo un aleteo de anticipación cuando los presentes se dieron cuenta de quién probablemente estaba hablando. El rubio viajero y su glotón compañero eran figuras muy conocidas, y su implicación en la situación sólo aumentó la intriga y la incertidumbre.
Neuvillette, reconociendo el valor de la ayuda adicional, accedió a la petición de Clorinde. Sin embargo, no quiso retrasar más el proceso y ordenó que su transporte al Fuerte Meropide continuara según lo planeado. Le aseguró a Clorinde que el viajero rubio y su compañera los encontrarían a medio camino.
Con el conocimiento de que la asistencia estaba en camino, Clorinde se preparó, asegurándolo en una posición sujeta y segura para el transporte. Los "engaños" te habían sido quitados, pero incluso sin ellos, ya habías demostrado una increíble habilidad de lucha durante el duelo, dejando en claro que eras una fuerza a tener en cuenta incluso sin estos poderes de Visión artificiales.