- Haaa...Haaaa...
La capitana jadeaba del cansancio.
Las Criaturas de la Noche solo están activas conforme a su nombre lo dice, de noche, aunque en casos como estos donde un ser vivo entra en su campo de visión entonces actúan sin demora lanzándose hacia el.
Dientes filosos y una saliva ácida que tocó levemente su manga, dejando a la vista una carne enrojecida que dejaba salir un olor apetitoso de carne. Las garras que se agitaban y las manos putrefactas que trataban de tomar a la Capitana se acercaban cada vez más, ya que la resistencia de la Capitana no era infinita.
- ... Maldición...
No se contó cuantos minutos llevaba esquivando, pero aunque sea solo uno era digno de admiración, ya que la enorme cantidad de ataques como mucho habían dejado leves marcas en su cuerpo y esto solo recalcaba una vez más la destreza de esta Mujer, de esa forma las distintas extremidades y armas volaron hacia ella.
El cuerpo de la Capitana se dobló hasta posar sus manos en el suelo, entonces levantó las piernas y las giró para esquivar los dientes que venían tras ella y así situarlos en el suelo una vez más, sin embargo no se levantó, sino que aprovechando su exagerada flexibilidad se movió y torció su cuerpo como un trapo exprimido, alejándose de las filosas garras en las manos de una criatura enorme con el cráneo de un alce sobre su rostro.
Este proceso se había repetido innumerables veces y la Capitana supo desde el inicio que no había escapatoria, después de todo esquivar no acabaría con todas estas Criaturas o abriría un camino para ella, pero.... lastimosamente no había mucho que hacer.
Habían algunas armas regadas por el piso, pero como si fueran una cruel burla del mundo estas estaban alejadas de ella en direcciones que seguir significaría la muerte, por lo que solo las podía observar como un fruto dulce pero inalcanzable. Entonces volvió a esquivar.
Su cuerpo se enderezó, pero al mismo tiempo movió su brazo y desvió la mano esquelética que estuvo por tomarla del pecho.
- ¡Grrrr!
De inmediato hubieron demás manos y extremidades que se lanzaron a por ella, pero fue un gruñido el que opacó a todos los demás sonidos e incluso nubló su vista, haciendo que sus ojos se desvíen y gire lentamente la cabeza para observar como un enorme perro más parecido a una hiena había saltado y estaba más cerca de su cuerpo que cualquier otro.
No hubo tiempo de pensar, por eso la mujer dobló una vez más su cuerpo mientras aún sostenía aquel brazo y por suerte los filosos dientes y garras pasaron por sobre ella, chocando y arrasando con el grupo de zombies delante suyo.
- ¡...!
Esta era una clara y rara oportunidad llegada del cielo, entonces la Capitana recuperó su postura y y volteó para buscar un lugar por el que correr, pero, mientras ella esquivaba el furioso ataque del perro su capucha se había caído y su largo y liso cabello fue revelado al mundo. Un cabello castaño bastante liso y cuidado que te haría dudar si en estos tiempos existían productos de belleza y cuidado.
El hermoso cabello se alborotó con los bruscos movimientos y creó una especie de abanico cuando la Capitana volteó para correr, pero una mano se abrió paso entre la oportunidad que se le presentó a la Capitana y agarró su cabello como si aborreciera la belleza del mundo.
- ¡Ah!
Entonces tiró de él y, cuando la Capitana divisó un camino entre las Criaturas restantes, la tensión y el dolor llegaron a la Capitana mientras la hacían caer de espaldas.
El tirón y el momento en que llegó había creado una mala combinación, haciendo que la Capitana caiga impotente al suelo, golpeándose la herida aún fresca en la parte posterior de su cabeza, lo que aumentó considerablemente el dolor y trajo desconcierto a su mente.
- Aaue....
- ¡Kiekake!
Las criaturas rieron como si la situación creara un deleite y ante los ojos confusos de la Capitana estos solo parecían sombras sonrientes de pesadilla, aunque claro, nada de esto les podría importar y disfrutando de la situación comenzaron a cubrir a la Capitana.
"Mierda", el dolor incrementó cuando la sensación de varias Criaturas se podía sentir en su piel, sin embargo la Capitana había perdido las fuerzas momentáneamente y no pudo si quiera expresar sus palabras.
El sol pronto fue cubierto y la oscuridad llegaba para anunciar la espantosa y dolora muerte que tendría, sin embargo, la Capitana no cerró los ojos, no, ni siquiera parpadeó y sus ojos abiertos, aunque confusos, observaron los rostros de terror que la envolvían como si dijera "Los recordaré" y se fuera a vengar en su próxima vida.
Entonces, cuando una lengua larga y delgada lamió la sangre coagulada en el corte de su brazo, la luz volvió.
- ...¡Roarrrrrr!...
Un rugido sacudió los alrededores y retumbó en la cabeza de la Capitana al mismo tiempo que las distintas criaturas era arrasadas por una enorme pata, incomparable a la de las hienas.
- ¡Willt!
- ...¡Lo sé!...
Una par de voces familiares se escucharon con el regreso de la luz y los ojos confundidos, desenfocados, de la Capitana comenzaron a volver en si poco a poco mientras el dolor en su cabeza disminuía y parpadeando un par de veces se las arregló para levantar su torso.
- ... ¿Eh?
Dejando salir un quejido de incredulidad al ver la escena que se desarrollaba frente a ella.
- ¡Grrrr-!
- Eau-
- ¡Kiekak-!
Una cadena volando cortó los sonidos de algunas Criaturas, mientras otras fueron aplastadas o desgarradas por el enorme tigre con serpientes en su cola.
- ¿Qué...?
Nadie la podría culpar, el desconcierto estaba completamente justificado hasta el punto donde uno podría pensar que está alucinando. La Capitana no pareció ser la excepción y se pellizcó el brazo con fuera, lo que trajo un dolor agudo mucho más alto de lo esperado por haberse olvidado de su herida en el lugar, pero al menos supo que no era un sueño o alguna ilusión, así como que no era un espejismo que inventó para engañarse en las puertas de la muerte, aunque claro, eso solo la confundió más.
- ¿Por qué...?
Susurró las palabras.
La impresión solo aumentaba con cada segundo. Observar como un hombre y una Quimera lidiaban con tantas Criaturas de la Noche la hizo comprender una vez más el porque su "Familia" los buscaba, pero por esa misma razón recordó como el hombre que ahora la ayudaba la había rechazado hace algunas horas, entonces ¿Por qué?, la capitana se levantó dispuesta a preguntárselo.
- ¡Kiekekaka!
En ese momento una figura larga y delgada, con brazos y piernas, se deslizó sigilosamente por los alrededores y subió a los árboles, situándose a espaldas de Dante. La figura reveló dos colmillos en su espantosa boca abierta y se acercó lentamente a Dante, quien lanzó la hoz y la tomó para girarla y moverla aún entre tantos troncos y obstáculos, entonces finalmente se lanzó hacia él.
- ¡...!
Dante se dio cuenta de su presencia cuando este ya había saltado hacia él.
Traer la hoz le tomaría mucho tiempo y debido a esta misma razón no se encontraba en una posición en la que pueda moverse libremente, claro que si contara con la flexibilidad de la Capitana esto no sería un problema, pero ese no era el caso y los ojos fríos de Dante reflejaron la intención de dejarse morder mientras pensaba, "Va a doler...", pero conforme ese par de colmillos se acercaba, un "objeto" voló y goleó el rostro, desviándolo y haciendo que pierda su impulso para finalmente caer al suelo.
- ¿Un... brazo?
Dante se desconcentró por un momento al ver el objeto que había evitado que lo atacaran, el cual aún giraba en el aire antes de caer, y como lo expresó, el objeto era un brazo, un brazo delgado y esquelético que parecía haber sido arrancado por la fuerza. Y con esa observación sus ojos se movieron en la dirección de donde vino.
- ...
Ahí estaba la Capitana, de pie, quien al recibir la mirada de Dante comenzó a caminar y finalmente se agachó, tomando una especie de espada corta tirada en el suelo.
- No esperes que te agradezca.
La capitana habló mientras comenzó a levantarse y en el caos de los alrededores debería ser difícil escuchar, y más para Dante y Willt quienes contaban con una buena audición, sin embargo las palabras llegaron perfectamente audibles a Dante.
- Gracias...
Quien a pesar de las palabras frías de la Capitana no pudo evitar ser él quien murmure antes de volver su atención hacia la cadena y las distintas criaturas de la Noche que aún quedaban.
- ...
Sin saber si la Capitana escuchó las palabras de Dante, ambos se lanzaron una vez más contra sus enemigos.
Willt miró desde la distancia y pensó, "Creo que tomamos la decisión correcta", entonces aplastó al zombie que corría hacia él y cambió su atención a los innumerables aromas en el aire, los cuales le decían que las Criaturas en los alrededores estaban siendo atraídas por el escandalo creado.