Al ver al conductor tan cooperativo, Adam Jones curvó sus labios con satisfacción e ignoró por completo al no tan brillante foco a su lado. Con los ojos brillando con una sonrisa, observó a Elly Campbell.
Sintiéndose observada por él, Elly se sintió incómoda, pero al siguiente segundo, su cuerpo fue abrazado suavemente por Adam.
—Elly, gracias —dijo Adam.
La gratitud en la voz de Adam era especialmente sincera, haciendo que Elly, sostenida en sus brazos, se tensara un poco, insegura de qué había provocado este agradecimiento repentino.
—Gracias por seguir preocupándote por mí, por darme otra oportunidad de estar a tu lado —continuó él.
Elly no esperaba que él dijera eso, un destello de sorpresa cruzó sus ojos.
Elly no respondió a las palabras de Adam; francamente, no sabía cómo responder.
Sintiendo que la persona en sus brazos se tensaba sin obtener respuesta, a Adam no le importó.
Para él, el hecho de que ella no lo estuviera rechazando ya era una bendición.