La pregunta parecía intrascendente, pero para Adam Jones, quien había perdido la oportunidad de vivir los primeros años de su hijo, dejó un sabor peculiar en su corazón.
Su mirada se desplazó hacia su hijo parado enfrente, cuyo rostro lleno de alegría le traspasaba los ojos.
Desde su crecimiento en el vientre de su madre, al nacimiento, hasta ahora, llegando a los tres años de edad, debería haber estado siempre a su lado.
Había perdido los tres años de crecimiento de su hijo, lo cual era un arrepentimiento que nunca podría compensar en su vida.
Disipando la tristeza de sus ojos, respondió pacientemente y con un buen temperamento inusual —Mi hijo está muy feliz, y yo estoy incluso más feliz de tener la oportunidad de unirme a él en este evento. No decepcionaré a mi hijo, y hoy llevaré a casa el campeonato.
Mientras hablaba, su mirada nunca se apartaba de Elly Campbell. Por lo tanto, parecía mucho menos arrogante de lo habitual durante una entrevista televisiva formal.
