—Levántate y toma tu medicina —la voz de Adam Jones la siguió.
El cuerpo de Elly Campbell se tensó por un momento, y al girar la cabeza, vio a Adam Jones parado al lado de la cama, sosteniendo un vaso de agua en una mano y dos pastillas blancas en la otra.
Hubo una ligera sorpresa en sus ojos, pues el Adam Jones en su memoria no era un hombre de tanta ternura, especialmente hacia ella.
Por eso, cuando él se fue sin decir otra palabra después de preguntar si le dolía la cabeza anteriormente, ella no lo pensó mucho, simplemente sintiendo que Adam Jones era naturalmente una persona fría. No esperaba que en realidad fuera a buscarle medicina.
A pesar de sentir repulsión por Adam Jones, no estaba dispuesta a jugar con su propia salud para desafiarlo. Se sentó, tomó el agua y las pastillas que él le entregó y se las tragó de un trago. Lo miró y le agradeció.
Justo cuando se estaba preparando para volver a acostarse, Adam Jones le hizo un gesto con la mano:
—Ven aquí.
—¿Qué sucede?