Bai Zhi llegó a casa, sujetando la carta en su mano. Al entrar al patio, se acomodó en una silla de bambú y cuidadosamente extrajo la carta de su sobre.
El mensaje indicaba que Hu Feng estaba a salvo en los cuarteles. Sin embargo, carecía de claridad sobre el asunto de Zhou Xiaofeng, mencionándolo solo de pasada.
A pesar de su contenido aparentemente mundano, Bai Zhi notó irregularidades dentro de las líneas de la carta. Hu Feng, nacido príncipe y hábil tanto en la academia como en las artes marciales, no escribiría normalmente a un nivel tan básico. Los adornos innecesarios en las oraciones captaron su atención.
Levantándose de su asiento, Bai Zhi subió al segundo piso. Colocando la carta en su escritorio, tomó una hoja de papel y transcribió las palabras aparentemente superfluas. Como esperaba, las frases aparentemente sin sentido contenían un mensaje oculto de Hu Feng.