—Cuñada, mi familia no se ha sentido bien últimamente, y me preocupa que no podamos trabajar en la granja —dijo la señora Zhang, que sostenía verduras silvestres, las dejó a un lado y se levantó para acercarse a su esposo. Luego miró significativamente a Bai Erzhu.
—Me he estado esforzando hoy, y no me siento bien. Siento opresión en el pecho y temo que no podré trabajar mañana —fingió malestar Bai Erzhu, agarrándose el pecho.
—No podemos permitirnos retrasar nuestro trabajo. Debemos ponernos al día antes de que llegue la lluvia —se puso ansiosa la Anciana Bai al escuchar esto.
—Realmente no me siento con ánimos. Incluso si voy a los campos, no podré hacer mucho —continuó Bai Erzhu.
—Cuñado segundo, parecías estar bien cuando entraste al patio. ¿Cómo puedes tener de repente dolor en el pecho cuando hay trabajo que hacer en los campos? —intervinó preocupada la señora Liu.