—Entonces, ¿lo rechazaste? —preguntó Zhao Lan.
—Por supuesto. Aunque él y yo somos amigos, no estoy en una posición en la que dependa de él para sostenerme. Si él se encargara de llevarnos a la capital, dado su estatus, ¿no se enteraría su familia? ¿Cómo crees que reaccionarían? No quiero que me consideren como una mujer mantenida fuera de la familia —lo dijo de forma algo humorística, pero Zhao Lan y Hu Feng entendieron que no era una broma; era su verdad.
Hu Feng permaneció en silencio, concentrándose en su comida. La respuesta de Bai Zhi fue inesperada. No era como la mayoría de las jóvenes; no tenía intención de buscar una relación por ganancia financiera. Tal camino bajo era algo que ella rechazaba por completo.