—La cara de Song Gong estaba llena de asombro: «¿Realmente me estás dando todo esto?».
—Bai Zhi sonrió y respondió: «Desde que te uniste a nosotros y asumiste este trabajo, y has demostrado sinceridad, creo en la reciprocidad de esa sinceridad. Song Bo, confío en ti y espero que tú también confíes en mí. Trabajemos juntos para hacer que las cosas no solo sean eficientes sino también agradables, y haremos un gran trabajo.».
Hay que admitir que este gesto lo conmovió profundamente. Song Gong había estado trabajando como capataz desde su adolescencia y había encontrado a muchos individuos adinerados, pero ninguno como Bai Zhi. Ella mostró abiertamente su confianza en él. Aunque 10 monedas de plata eran sustanciales, se las entregó sin vacilación.
Con un semblante solemne, Song Gong aceptó el dinero y secretamente juró dar todo de sí para construirle la mejor casa.