—Pero soy yo quien está enfermo, así que debería poder elegir el tratamiento que quiero.
Bai Zhi sacudió la cabeza y dijo —En realidad, no funciona de esa manera. El médico decide el tratamiento. Tu parte es expresar cómo te sientes al respecto. Pero incluso entonces, si presto atención o no depende de mí.
Hu Feng observó los ojos de Bai Zhi, normalmente centelleantes con una sonrisa, pero ahora tenían una mirada seria y serena. ¿Quién era ella realmente? ¿Qué tipo de pensamientos contenía su pequeño cuerpo?
Hu Feng no pronunció otra palabra. Se levantó de la silla y se alejó apresuradamente.
Bai Zhi se giró lentamente, con el ceño ligeramente fruncido, mientras observaba cómo la alta figura de Hu Feng desaparecía de su vista. Hu Feng, este tipo, quizás le falte memoria, pero su carácter parece enigmático. Si alguna vez recupera su memoria, ¿en quién podría transformarse?