—Porque si tus enemigos te descubren, te encontrarás en peligro una vez más. Y lo peor es que no tienes idea de quién te desea hacer daño.
—Querías recuperar tus recuerdos perdidos antes de enfrentarte a quienes te hirieron, pero estos tres años han sido un fracaso. Por eso estás ansioso, incluso desesperado, por restaurar tu memoria, pero no encuentras la manera. Mi presencia se convirtió en un rayo de esperanza durante tus días más oscuros. Puede que no sea la luz que guíe tu camino, pero si no lo intentas, ¿cómo probarás que los milagros no existen?
Hu Feng miró fijamente a Bai Zhi, sus ojos, bañados en luz solar, eran tan profundos como un lago distante, brillando con resplandor.
Ella parecía más inteligente de lo que él había anticipado.
—Esas palabras, ¿a quién se las has dicho? —preguntó él, sujetando firmemente las riendas.