—Leland gruñó y lanzó una mirada asesina a Eloise. Se transformó nuevamente en su forma de lobo y corrió tan rápido como pudo hacia la cabaña. No tenía otra opción que seguir la demanda de Eloise hasta que pudiera encontrar formas de liberar a Jack y Anne.
—Al ver al hombre marcharse sin decir nada, Eloise suspiró aliviada. Contaba con que él no la matara si podía convencerlo de que tenía a sus hijos como rehenes. Era una apuesta, una que ganó.
—Si Leland fuera más despiadado, simplemente mataría a Eloise en el acto y confiaría en su suerte para encontrar la piedra del alma de Anne. Sin embargo, parecía amar tanto a su hija que no quería tomar riesgos.
—Eloise se frotó el cuello sangrante y gruñó. Solo ahora sentía el dolor. Estaba demasiado tensa para pensar en sus heridas antes. Ahora que el peligro había pasado, podía comenzar a tratar sus heridas.