Leland se sintió impotente cuando supo que Sophie tenía un mal presentimiento sobre algo, pero realmente no podía encontrar la solución para abordar esa situación. ¿Qué podían hacer cuando en realidad no conocían el problema?
Él era un hombre que confiaba en la lógica y la información, a diferencia de las mujeres que podrían estar acostumbradas a usar su intuición. No quería ignorar su persistente mal presentimiento, pero al mismo tiempo, no sabía qué hacer al respecto.
Sin embargo, tampoco quería que Sophie siguiera sintiéndose molesta por ello. Así que dejó su libro y la atrajo hacia su abrazo. Dijo:
—Tal vez... simplemente no estamos acostumbrados a tener cosas buenas, aunque las merezcamos. Entonces, nos volvemos desconfiados cuando las cosas van bien. Conozco ese sentimiento.