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En ese momento, Savannah asintió —Bien, todo está bien.
La expresión de Dylan se volvió más fría cuando vio que ella se negaba a pedirle ayuda.
—Puedes irte ahora —ordenó con frialdad.
Aliviada, Savannah se dio la vuelta y salió de la oficina de prisa. Aún podía sentir al hombre mirándola fijamente a la espalda mientras se alejaba.
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Después de ese día, Savannah sintió claramente que la hostilidad de Tony hacia ella se había endurecido.
Antes, simplemente la dejaba ociosa y no le daba ningún trabajo importante, pero ahora estaba constantemente fastidiándola.
Eso era comprensible. Fue regañado por el gran jefe frente a su asistente y se le pidió que revisara su diseño según las palabras del recién llegado. ¿Cómo podría estar conforme? Savannah no se sorprendió de que él le complicara las cosas.
Dado que al Señor Sterling no le satisfacían los diseños, Tony pidió a cada diseñador y asistente que trabajaran horas extras para rediseñar la ropa.
