Savannah volvió a JK y entró al camerino. Se quitó la ropa y se miró al espejo.
Santo cielo. Su cintura estaba terriblemente amoratada.
Cada vez que veía a Valerie, ¡tenía problemas!
Apretó los dientes para superar el dolor. Después de cambiarse de ropa, regresó al estudio.
Sin embargo, cuando Savannah comenzó la sesión, descubrió que incluso un movimiento simple le causaba dolores de espalda.
—Savannah, ¿qué te pasa? —el fotógrafo notó su anomalía y preguntó.
—Oh, solo me choqué con la mesa cuando salí a almorzar. —Savannah forzó una sonrisa.
—¿Estás bien? Pareces estar dolorida. ¿Quieres parar y tomar un descanso? —el fotógrafo incluso podía ver su sudor frío.
—No, estoy bien. —Savannah sacudió la cabeza—. Es nuestro último día en la sesión y no quiero tomar demasiado de tu tiempo.
—Vuelve y descansa. Podemos terminar la sesión más tarde. —La voz de Kevin, acompañada de pasos, entró al estudio. Al parecer, había escuchado su conversación.