Al día siguiente, Kyle se despertó con un fuerte dolor de cabeza. Miró a su alrededor y se encontró en una habitación desconocida. Se sentó en la cama y cerró los ojos por un momento.
Recordó que Sarah estaba con él y lo había llevado dentro de su coche con la ayuda de un camarero.
—Este debe ser su lugar —dedujo y se rió al pensar que así era como Sarah le devolvía el favor, saldando su supuesta deuda.
Se bajó de la cama y salió de la habitación. Encontró a Sarah en el área del comedor, preparando la mesa.
—Lo siento por molestarte anoche —comentó Kyle.
—No, está bien. Yo hice lo mismo contigo así que ahora estamos a mano. Siéntate y desayuna. Hice algo para tu resaca. Bebiste mucho anoche —comentó Sarah.
—Sí... —murmuró Kyle, recordando todo. Aunque estuviera borracho, su mente seguía clara y siempre recordaba todo.