Daryl disfrutaba de su charla con Jorge y el Señor Kim en la fiesta tomando una copa cuando su teléfono móvil sonó. Inmediatamente se disculpó para contestar cuando vio que era Kenzie quien llamaba.
—Ven aquí. Te he enviado la dirección por mensaje —ordenó Kenzie.
—¿Como ahora? ¿A esta hora? Estoy en medio de la fiesta con un cliente... —Daryl trató de razonar.
—Está bien, entonces no vengas y olvídate de que te ayude. ¿No te comprometiste a servirme a mi antojo por seis meses? ¿Es esa la 'solución para todo' de la que te jactabas? —Kenzie lo despreció con una ceja levantada desde el otro lado de la línea.
Daryl quería golpearse la cabeza contra la pared por haber aceptado tal condición con ese demonio, pero ahora no tenía elección... aunque no quería, aún así dijo, "De acuerdo, ya voy para allá. Estaré ahí en veinte minutos."
Suspiró largamente frustrado mientras caminaba de regreso.
