Liam llegó a casa del trabajo por la noche y vio que Lana estaba sentada en la sala de estar viendo televisión. Liam se detuvo al ver esa imagen perfecta de la esposa esperando a que su esposo regresara a casa. Algo de repente le apretó el corazón.
Lana vio a Liam entrar y dijo con una sonrisa mientras se levantaba —Ya llegaste. Prepararé la mesa rápido.
—No hace falta. Ya cené en la oficina —comentó Liam con desgano.
El rostro de Lana se agrió al escuchar su respuesta, ya que ella aún no había comido porque estaba esperando para comer juntos. Cualquier momento juntos con él era una oportunidad para Lana y no quería perder ni una sola.
—¿Qué tal si hay postre entonces? Todavía no he cenado. Te estaba esperando... —murmuró Lana.
Las cejas de Liam se fruncieron cuando respondió —No me enviaste un mensaje, así que pensé que ya habrías comido.