—Noah se levantó del suelo, la levantó en brazos y entró en la casa. Se detuvo en el sofá más cercano y se sentó allí. La hizo sentar en su regazo mientras seguían besándose ávidamente.
Luo se frotaba inconscientemente contra él mientras lo inundaba de besos. La mano de Noah estaba ocupada quitándole la ropa superior y un gruñido satisfactorio escapó de su boca cuando finalmente pudo apretar uno de los suaves montes de su esposa, pero nunca era suficiente para él...
Rápidamente se sacó la camisa de los pantalones y desabrochó su pijama lo suficiente como para liberar su longitud de ella. Gruñó de placer al sentir que Luo se restregaba contra él.
