Lana jadeaba agitadamente por todo el correr y los ejercicios que acababa de terminar. Siguiendo su rutina, se apresuró hacia el café de Clyde para desayunar ya que su estómago ya rugía.
Empujó la puerta y tan pronto como entró vio a Clyde sentado. Estaba charlando con un hombre en su mesa favorita. Dudó un poco, pero sintió una sensación de familiaridad con la persona sentada allí y frunció el ceño. Le pareció que la espalda de la persona que hablaba con Clyde era muy parecida a alguien.
Se dirigió hacia la mesa de Clyde, y antes de llegar allí Clyde la vio y hasta le guiñó un ojo.
Lana avanzó y su boca se abrió de asombro al oír hablar al hombre con irritación.
—¡Soy un hombre heterosexual y no un homo! —eran las palabras que seguían repitiéndose en la cabeza de Lana.
Clyde ya se había ido de esa mesa, y Lana se quedó quieta en su lugar mientras miraba a Liam con incredulidad, con los ojos muy abiertos y una cara interrogativa como si Liam la hubiera engañado.