Chelsy abrió los ojos y vio a Ram a su lado, mirándola fijamente. Miró a su alrededor y se mordió el labio inferior. Ahora estaba en una habitación de hospital, y Ram probablemente ya sabía sobre su herida.
Quería ocultar todo lo posible porque no quería que él la odiara por lo que había hecho. Dios sabe cuánto deseaba ser honesta con él. Quería contarle todo, pero tenía miedo… no solo por ella misma, sino también por él.
—¿Cómo te sientes? Te cosieron. Menos mal que no necesitaron operar ya que la herida no afectó ningún órgano vital —escuchó que decía Ram.
Chelsy se movió, pero Ram la detuvo y dijo:
—Descansa primero, Chelsy. Solo quédate quieta.
—Ram, yo…
