Lana masajeó su adolorida nuca y giró la cabeza para mirar el reloj de pared. Había pasado todo el día sola en la oficina del CEO atendiendo los archivos que le dio Liam y tomando notas.
Se sintió aliviada y puchereó mientras cerraba y guardaba el último archivo. Liam no la había llevado a ninguna de las visitas ni reuniones con sus clientes ese día. Ella esperaba hacer más trabajo de campo con él en lugar de quedarse en la oficina haciendo trabajo de escritorio.
Lana quería algo de acción. Quería ver los procedimientos reales en corte y cómo se llevaban a cabo, pero Liam estaba demasiado malhumorado esa mañana, así que no se molestó en pedirle que la llevara con él.
Recogió sus cosas de la mesa y se preparó para dejar la oficina con cara larga. El trabajo de oficina la aburría y esperaba que al día siguiente Liam estuviera de buen humor para llevarla a la corte, o de lo contrario, enloquecería y lo chantajearía para que lo hiciera.
Se preguntaba, sin embargo, por qué el hombre parecía molesto con ella cuando había disfrutado claramente molestándola la noche anterior frente a su madre.
«¿Es porque no lo llamé?», pensó mientras caminaba por el pasillo hacia el ascensor.
—¡Bah! Quizás es porque pensó que llegaría tarde a su cita. —se burló, pensando que no se trataba de esa llamada porque no era propio de Liam ser tan mezquino. Preguntó a Jorge, y él confirmó que Liam llegó a tiempo a la cita, así que estaba segura de que Liam ya no estaría enojado con ella al día siguiente.
El rostro de Lana se arrugó al abrir su coche. ¿Por qué le importaría si él estaba enojado o no? El hombre debería ser el que se preocupara una vez que ella se enojara...
Abrío su coche y se cambió primero a sus pantuflas antes de entrar y arrancar el motor.
Lana tomó el camino y puso una de sus canciones favoritas mientras conducía hacia un autoservicio porque no tenía ganas de cocinar.
Se rió mientras imaginaba a su madre frunciendo el ceño al enterarse de que no se estaba molestando en cocinar una comida saludable, sino que compraba comida para llevar en su lugar.
Escogió su comida favorita y volvió a la carretera. Estaba tarareando junto con la música en su coche cuando sintió que su coche se tambaleaba, después de un fuerte golpe...
*Boogs
—¡Pero qué diablos! —siseó mientras pisaba el freno y apagaba el motor de su coche. Salió para ver qué había pasado.
Llegó hasta la parte trasera de su coche para comprobar los daños. Se volvió para ver a la persona que había chocado su coche y vio un par de piernas con zapatos de cuero negro saliendo.
Un hombre alto en un traje de negocios gris claro estaba de pie frente a ella. Sonrió un poco y se rascó la cabeza mientras miraba la parte dañada de su coche por el golpe.
—Señorita, ¿está bien? —El hombre preguntó preocupado y la examinó de arriba abajo como si comprobara si estaba herida o algo por el estilo.
—Sí, estoy bien, pero parece que la parte trasera de mi coche no está nada bien... —Lana se burló, mirando una abolladura profunda en su Volvo v60 metálico rojo fusión.
—Lo siento por esto. No me di cuenta de que estaba tan cerca... —se disculpó rápidamente y realizó una llamada. Sacó algo de su billetera y se lo entregó a Lana.
—Este es mi contacto. Por favor, deme el suyo para que mi asistente haga los arreglos necesarios para la reparación de su coche y para lo que se necesite, Señorita. Por cierto, soy Noah. —El hombre con un trato amistoso extendió su mano.
Lana solo tomó su tarjeta y le dio una media sonrisa. —Está bien, señor Noah, llamaré en caso de que necesite algo respecto a este incidente. —Lana respondió y se dio la vuelta.
—Señorita... ¿Está segura de que no necesitamos llevarla al hospital solo para asegurarnos de que está bien? —Noah insistió.
—No es necesario. Estoy bien... —Lana contestó antes de despedirse y marcharse. Estaba bien y no era nada grave como para armar un escándalo. De todas formas, la compañía de seguros se haría cargo de todos los daños al coche.
Noah sacudió la cabeza y con una sonrisa maliciosa murmuró, —Qué mujer tan distante... La mujer ni siquiera se molestó en darle sus datos de contacto. Bueno, no es que importe porque él tenía sus propias maneras.
Regresó a su propio coche y murmuró con una sonrisa, —Es más bonita en persona...
...
Mientras tanto, en la Agencia de la Señorita Tang...
—¿Qué? ¿Pensé que habían decidido contratar a la Señorita Tang para ese patrocinio? —La gerente de la Señorita Tang siseó al otro lado de la línea.
—¿Qué? ¿Quién se ha retirado? En serio, ¿cuando estamos a punto de firmar ese contrato la próxima semana? ¿Puede hacer algo al respecto, o podemos hablar con ellos y arreglar las cosas? Al menos se supone que debemos saber qué salió mal. —La gerente de la Señorita Tang exclamó en pánico.
Era un patrocinio importante y no podía permitirse perder tal oportunidad. —Bien por favor... Sí. Esperaremos. Haga algo y fije una cita para nosotros. Muchas gracias por esto, Rey. —casi suplicó la persona al otro lado de la línea mientras lanzaba miradas agudas a la Señorita Tang.
Tan pronto como terminó la llamada con las fosas nasales aún inflamadas, Flor inmediatamente confrontó a su talento sentada cómodamente en el sofá como una princesa.
—¿Qué pasa ahora, Flor? —La Señorita Tang resopló mientras miraba su nuevo esmalte de uñas.
—¿Ofendiste a alguien importante del Grupo Zhao? —Flor preguntó con el rostro arrugado.
—Por supuesto que no. He estado comportándome muy bien últimamente después de ese escándalo con esa cadena de televisión, así que no soy tan tonta como para pelearme con alguien influyente! —La Señorita Tang respondió bruscamente.
Cruzó las piernas y añadió, —Cálmate Flor, solo fija una cita con el encargado y yo te acompañaré a hablar sobre ello. Estoy segura de que solo hay algún pequeño malentendido...
—Espero que esta vez tengas razón, porque este proyecto es demasiado grande para perderlo por tu arrogancia. Representar al Grupo Zhao te hará superar en fama a Brione, ¡así que debes conseguirlo a cualquier costo! Haz lo que sea necesario para firmar ese contrato y convertirte en su embajadora de marca! —Flor señaló.