Nix tomó un profundo suspiro y se pellizcó el entrecejo. —Ellos sí quieren conocerte, Everly. Te dije la última vez que no podías conocerlos por culpa de Valerio. Él tampoco estaba en buen estado entonces. Además, quería que habláramos adecuadamente y estuviéramos preparados para ello también.
—¿Valerio lo sabe? —preguntó Everly.
Nix negó con la cabeza. —No, aún no lo sabe. Quiero que conozcas a tus padres primero, y luego hablaré con él sobre ello.
Everly soltó un suave suspiro y asintió lentamente con la cabeza. —Está bien entonces.
—Encuéntrame aquí alrededor de las siete p.m., ¿de acuerdo? Vendré a recogerte —dijo Nix.
—Vale —respondió Everly con una sonrisa y se levantó de la silla—. Me voy ahora —dijo, dando media vuelta y saliendo del café.
Nix observó su espalda desapareciendo y soltó un leve suspiro.
«Espero que todo salga bien», se dijo internamente y se levantó de la silla.
Pagó a la camarera y dejó el café.