—Eh... n-no, nada —negó con la cabeza hacia ella.
Leia lo miró de soslayo, y un suave respiro se escapó por su nariz.
—Me pregunto quién te hizo así —chasqueó la lengua con decepción y cerró el grifo.
—Vamos a curarte —le dijo y procedió a sacarlo del baño, pero Levian le arrebató la mano.
—N-no. Estoy bie
Antes de que pudiera terminar de hablar, Leia lo agarró por el cuello, acercando su rostro al de ella hasta que solo quedaron a dos pulgadas de distancia.
—¡Escucha aquí, princesa! Debemos tratar esas quemaduras a tiempo, o si no, ¡tendrás ampollas o se infectarán! No me importa si le tienes miedo a la gente o no, ¡pero necesitas tratamiento, entiendes?! —ella preguntó con evidente molestia en su rostro, y Levain se quedó mirándola fijamente.
Nunca en su vida había estado tan cerca de una chica.
No, nunca había siquiera hablado con una chica antes, excepto... Everly.