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[5 p. m. de la tarde]
Valerio se puso su abrigo sobre la ropa casual que llevaba debajo y se deslizó los pies en sus zapatos.
Se sentó en la silla, y Everly tomó el peine de la mesa.
Ella aplicó aceite en su cabello y suavemente empezó a peinarlo.
—Valerio. —Lo llamó ella.
—¿Hmm? —Valerio la miró a través del espejo.
—¿Cuándo volverás? ¿A qué hora más o menos? —preguntó ella, y Valerio pensó por unos momentos antes de mirarla.
—Honestamente, no lo sé. Las cenas familiares de Vicente siempre son un desastre y bastante estresantes, así que realmente no puedo decir. Depende de cómo vaya hoy. —elucidó, y Everly asintió lentamente con la cabeza hacia él.
—Ya veo... —Ella soltó un suave suspiro, y Valerio frunció el ceño hacia ella.
—¿Pero por qué preguntas? ¿Me vas a extrañar? —inquirió él, y aunque esa no era la razón por la que ella preguntó, Everly asintió con la cabeza hacia él.
—Sí, mucho. —Ella le sonrió, y Valerio se levantó de la silla.