—Sí. —Everly asintió con su cabeza con una mirada cínica en su rostro—. Incluso yo lo pensé, pero voló por la ventana como un pájaro, ya que fuiste realmente frío conmigo. —Le recordó, y Valerio apartó su mirada de ella.
—Lo siento… —Se disculpó en un tono bajo, y Everly estalló en risas.
—Estoy bastante segura de que hubiera sido igual con cualquiera. —Ella le acarició la mejilla con sus manos y lo besó lentamente.
Valerio correspondió a su beso, y su mirada no pudo evitar caer en su cuello.
—Ha aparecido. —Exclamó de repente y confundida, Everly echó la cabeza hacia atrás para mirarlo.
—¿Qué ha aparecido? —Ella preguntó.
—La marca de apareamiento. —Valerio respondió con una sonrisa en su cara y apartó su cabello de en medio—. Justo aquí. —Tocó el lado de su cuello—. ¿Recuerdas anoche cuando te mordí? —Preguntó, y Everly asintió con su cabeza hacia él.
—Sí, lo recuerdo. Ahora… que lo pienso, me arde un poco. —Ella siseó y tocó esa parte de su cuello.