—¡Arrodíllate! —Valerio ordenó con un tono autoritario, y las pupilas de Logan se contrajeron en shock.
—¿Qué? —Sus manos se cerraron en puños apretados mientras sus venas sobresalían incrédulas, y ante sus ojos, Valerio no se movió ni un ápice, pero aún así, un segundo golpe le alcanzó, esta vez en la ingle, provocando que cayera de rodillas frente a Valerio.
—Esto... —los ojos negros de Valerio se tornaron aún más oscuros—. ...es donde debes estar para hablar conmigo. Es donde nuestras miradas se encuentran y siempre será así. ¡Ante mí, siempre caerás de rodillas! —declaró.
—¡Bestia— —Logan procedió a maldecir, pero Valerio, quien ya no tenía intención de perder más tiempo con él, levantó su pierna tan alto como pudo y con extrema fuerza, procedió a terminar con Logan golpeándolo en el centro de la cabeza, sin embargo, en ese momento, Lucius apareció de la nada y apartó a Logan, salvándolo de la patada de Valerio.