—¿Has olvidado? Para recuperar la vista, tienes que enamorarte de verdad de una mujer que no sea Rosa y admitirlo. No importa si la supuesta mujer te corresponde o no; tu amor es suficiente.
—Vicente le recordó:
—Todo lo que tienes que hacer ahora es admitir tus sentimientos, Valerio, y conseguirás lo que siempre has querido.
—Podrás salvar a tu amante y podrás mirar su rostro todos los días. No puedes decirme que no quieres eso.
—No solo eso, sino que finalmente podrás vislumbrar este mundo de nuevo, y por supuesto, devolverles el golpe a todos los que te hirieron y te pusieron en esta condición —explicó con una sonrisa en los labios.
—Sé y entiendo lo difícil que es para ti hacer esto. Yo habría estado más destrozado de lo que tú estabas si alguien a quien amaba profundamente me hubiera herido y puesto en tal condición, y luego hubiera seguido adelante para estar con mi propio hermano. Me habría vuelto loco porque ese es un dolor muy insoportable.