Sorprendido por la pregunta, Levian parpadeó ante ella antes de asentir lentamente con la cabeza. —Sí. P-pero solo un poco.
—¿Es por miedo? —ella preguntó más.
Levian pensó por un momento, sin estar seguro de cuál era la razón.
¿Era por miedo, o siempre había sido tartamudo?
—No sé... —negó con la cabeza.
—Ya veo... —Leia asintió y agarró su mano, entrelazando sus dedos con los de él.
—¿Q-qué haces? Y-yo puedo caminar solo.
—No seas tímido. Camino más rápido que tú y no necesito que me sigas de atrás. —Ella le sonrió a él, respondiendo su pregunta.
Levian se quedó callado y la siguió mientras ella lo arrastraba para explorar el resto del parque.
…
Sentado en una banca dentro del parque, el joven de antes estaba sentado, sus ojos verde oscuro fijos en Leia que se reía de Levian.
La miró intensamente y respiró hondo por la nariz.
—Ella... no puede ser Leia. —Murmuró para sí mismo.
Su pequeña esposa murió hace veinticinco años. ¿Cómo podría ser esta chica ella?