Conforme pasaban los días, Aila estaba completamente consumida por las noticias sobre el mundo y las reacciones de los humanos hacia las criaturas sobrenaturales. Sus opiniones aún eran mezcladas, la mayoría de sus comentarios llenos de temor sobre lo que significaba para ellos ahora. Las grabaciones de su lucha en el castillo y en la calle parecían estar en repetición, junto con versiones silenciadas del discurso de Chase.
Los reporteros todavía estaban trabajando en el miedo público hacia la población sobrenatural para fabricar titulares, lo que agravaba su miedo. Era perturbador, pero Aila tenía esperanzas de que, una vez tuvieran una reunión y mostraran sus rostros al mundo, los humanizaría. La gente vería que vivían y respiraban en gran medida como ellos.
La única diferencia era que podían transformarse en lobos u otros animales, y algunos necesitaban sangre humana para sobrevivir, aunque los vampiros podrían asustarlos más o encontrarlos igualmente aterradores que las brujas.