Pronto, Lina llegó a la Empresa Yang. Se vistió con un cuello de tortuga blanco, una americana celeste pastel y pantalones de traje a juego. Con accesorios plateados y tacones blancos, entró por las puertas de la Empresa Yang, seguida de cerca por Estella.
Todos se detuvieron y la observaron. El suelo estaba hecho de baldosas de mármol, pero su andar lo hacía parecer una pasarela. Los empleados dejaron de hacer lo que estaban haciendo, se detuvieron y debatieron si debían o no inclinarse al saludar.
Lina Yang caminaba como si fuera la dueña del lugar.
—Señora, la Señorita Elit llegó hace cinco minutos y está esperando en la Sala de Conferencias 2 —dijo Estella con gran diligencia.
Viendo que Lawrence no había llamado a Lina sobre su retirada de la Carrera por la Herencia, Lina concluyó que Estella no era una chivata. Había dado información clasificada que solo Estella conocería.