Cuando Aries recuperó la conciencia, era tarde en la noche. Había estado durmiendo durante dos semanas después de su boda, y Abel se había quedado desde que salió de la capilla. Cuando llegó la mañana, llegaron unos pocos sirvientes elegidos por el tercer príncipe para limpiar a Aries.
Al verla consciente, la noticia sobre Aries se esparció como un incendio. Todos estaban al tanto de la implicación de la princesa heredera en la revuelta y era vista en los ojos de los caballeros, como una de ellos. Por lo tanto, al recibir la noticia de que se había recuperado después de dormir durante dos semanas fue como arrancar una espina de su corazón.