[PALACIO DE ZAFIRO]
—Gracias, Inez —Aries sonrió al mirar la canasta de lavanda en su regazo, sentada en la cama, espalda contra el cabecero—. ¿Cómo sabías que estas son mis favoritas?
Inez estaba posada en el sillón junto a la cama, sonriendo aliviada al ver que a la princesa heredera le habían gustado las flores que había traído. Justo ahora, había pasado por toneladas de flores enviadas por los nobles para desearle una pronta recuperación a la princesa heredera. Sin embargo, todas estaban afuera, preocupando a la sirvienta sobre dónde pondrían tantas flores.
—Una corazonada —Inez se encogió de hombros.
Aries rió.
—¿En serio?
—Estoy bromeando. Es el perfume que siempre usas, Vuestra Alteza Real. Pensé que esta flor podría tener algún significado especial para ti.
—Daniella —corrigió Aries con un suspiro cortante—. Somos solo nosotras dos, así que no hay necesidad de usar honoríficos. Se siente distante y gracias, me encantan estas flores.