[ADVERTENCIA: EL CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO PERTURBADOR. SE ADVIERTE DISCRECIÓN A LOS LECTORES.]
Mientras Abel, Conan, Dexter e Isaías hablaban sobre sus planes para el Imperio Maganti, Aries permanecía en silencio. Obviamente, ninguno de los tres se oponía a los planes de Abel, ya que era inútil intentar disuadirlo. Tal como él afirmaba, tomaba personalmente todo lo que le habían hecho a Aries.
Aunque el tono ligero habitual de Abel siempre estaba presente, todos en este comedor eran conscientes de una cosa. Él lo decía en serio y no les gustaría verlo enfadado, lo que podría empujar a Abel a marchar él mismo hacia dicho imperio.
Y eso... su determinación de vengarse por Aries la conmovió. Nadie le pidió disculpas cuando el Reino de Rikhill cayó en desgracia. Tampoco hubo quien expresara el asco, la ira y el odio en su lugar.
Solo Abel... solo el diablo y un tirano como él.